donostia - Productos Tubulares es una compañía viable y es el momento de recuperar la “normalidad” y afrontar “una solución común al problema” de la compañía. El presidente de Tubos Reunidos, Guillermo Ulacia, afirmó ayer que, tras la retirada del ERE en su filial de Trapagaran toca pasar página, atender los pedidos y alcanzar un pacto en la empresa para iniciar un nuevo periodo de crecimiento.
Ulacia fue el invitado más esperado en la cumbre empresarial de Elkargi. Durante su conferencia afirmó que el futuro del sector siderúrgico que, a pesar de ser “maduro y cíclico”, no corre el peligro de “desaparecer”. De este modo, Ulacia abogó por reforzar alianzas con empresas intensivas en conocimiento y “reposicionarse en las cadenas de valor globales” como medidas para afrontar el “entorno volátil e incierto” en el que se mueven las compañías del sector.
El presidente de Tubos Reunidos recordó que algunas de ellas ya han reaccionando cerrando plantas que no son rentables, abriendo otras más cerca de los clientes y potenciando la innovación.
Antes de su intervención, y en declaraciones a los periodistas, Ulacia explicó que tras la retirada del despido colectivo de 157 trabajadores, es momento de “recuperar la confianza” entre las partes, algo que no será “fácil”, pero en lo que hay que “trabajar” dado que tanto el comité como la dirección comparten el mismo objetivo: “mantener las instalaciones, generando empleo de calidad y cualificado” por “muchísimos años más”.
Preguntado si esto será posible con el mantenimiento de todos los puestos de trabajo, Ulacia recordó que en su momento la empresa planteó adecuar las necesidades de plantilla a la situación económica de la compañía. “Esto no quiere decir que no estuviéramos dispuestos a recolocar a esa plantilla en otras oportunidades dentro del grupo”, recalcó para insistir en que el objetivo ahora es “recuperar el diálogo y construir diferentes alternativas”.
En esa línea remarcó que el problema que tiene la compañía “no es interno” sino “consecuencia del mercado” ya que “la diferencia del precio medio de venta con respecto al coste de la materia prima en los últimos seis años se ha reducido un 25 %”.