bilbao - Se acerca otro periodo de exámenes para los sindicatos. Como ocurre cada cuatro años, en la segunda parte de 2018 y el inicio de 2019 se pondrán en juego la mayor parte de los delegados de Euskadi. Un nuevo periodo concentrado de elecciones al que los dos grandes bloques sindicales llegan en dinámicas opuestas. ELA y LAB siguen al alza y suman, a cierre de 2017, el 59,72% de la representatividad. Si se mantiene la tendencia, las dos centrales abertzales rebasarán la barrera del 60% este mismo año. CCOO y UGT pierden peso en Euskadi, si bien la caída del segundo es mucho más pronunciada que la del sindicato de Loli García.

El mapa sindical vasco es bastante estático y normalmente se producen pocos cambios de un periodo electoral a otro. Lo que se aprecian son tendencias que apuntan cuál es la preferencia de los trabajadores al escoger representantes que defiendan sus derechos. El periodo concentrado anterior, de septiembre de 2014 a abril de 2015, ya fue un espaldarazo claro para el sindicalismo abertzale, que creció dos puntos hasta el 59%. En los comicios celebrados desde entonces -en menor medida también se eligen delegados fuera del periodo concentrado- ELA y LAB siguen avanzando para cerrar 2017 a solo tres décimas del 60%.

ELA sube al 40,76%, su mejor nivel de los últimos años y casi un punto más que en 2014, y recupera el nivel de los 7.000 delegados. La mejoría económica empuja hacia arriba el número de sindicalistas en las empresas vascas, que en diciembre eran 17.366. En los últimos tres años la cifra aumentó en 400, mientras que ELA y LAB han ganado casi 500 -313 el primero y 182 el segundo- a costa del retroceso de UGT.

“Nuestro modelo sindical tiene un gran respaldo y tiene futuro. Los resultados no son casualidad. Hay mucho trabajo detrás”, asegura Joseba Villarreal, sindicalista rodado en la negociación colectiva que es responsable ahora de la Acción Sindical de ELA. Una estrategia basada en conquistar terreno palmo a palmo en las empresas como mejor aval para negociar. “En el Estado no hay un caso como el nuestro. Con un mapa sindical a cuatro y con sindicatos pequeños que también compiten... Nuestros resultados los firmaría cualquiera”, sostiene. Lo cierto es que al sindicato mayoritario no le pesan las críticas que arrecian desde todos los frentes. Villarreal defiende que el modelo de confrontación es también útil para el trabajador y pone en valor herramientas como la caja de resistencia o su “excelente” equipo jurídico. “Los resultados están ahí. Se valora nuestra independencia económica y política”.

LAB encara por primera vez un periodo concentrado como segunda fuerza en la CAV. Aunque por un puñado de delegados ya supera a CCOO y roza el 19%. Desde 2014 sube seis décimas y es la central que mejor evoluciona en los últimos periodos electorales, convirtiéndose en la segunda pata que permite que la suma ELA-LAB controle ya seis de cada diez delegados.

Las centrales de implantación estatal quedan en Euskadi en el 29,55%. Siguen perdiendo fuelle aunque la situación de UGT es más comprometida. Tiene el 10,68% tras perder 129 delegados en tres años, con lo que para la central de Raúl Arza se antoja vital recuperar posiciones. CCOO se mantiene en el 18,87% y aspira este 2018 a volver a arrebatar a LAB la segunda plaza.

En Nafarroa sube ELA y sobre todo LAB, con lo que UGT y CCOO siguen perdiendo ventaja como sindicatos mayoritarios. ELA, con el 22,8%, está a un solo punto de Comisiones.