bilbao - Euskadi sigue batiendo récords de contratación, pero el nuevo empleo arrastra un grave problema de temporalidad. De los 933.000 contratos que se firmaron el año pasado, más del 48% tuvieron una duración inferior a un mes. Fueron casi 450.000 puestos de trabajo que no duraron ni 30 días, entre los que hubo casi 100.000 que no alcanzaron la semana de duración. Aunque las empresas vascas están realizando más contrataciones que antes de la crisis, el incremento se apoya casi exclusivamente sobre los empleos de menos de un mes.

Es sin duda la cara B de la recuperación económica, como denuncian con frecuencia los agentes sociales incluso se ha reconocido desde el ámbito institucional. La crisis ha pasado en términos macroeconómicos, pero ha dejado heridas en el mercado de trabajo que ni siquiera se han empezado a cerrar. Una de ellas es la temporalidad, sobre todo cuando se combina con jornadas parciales y bajos salarios.

Es conocido que más del 90% de los nuevos contratos tienen fecha de caducidad, pero además los datos del Ministerio de Empleo indican que estos son cada vez más breves. El año pasado hubo un pequeño retroceso de los contratos más fugaces, los que no llegan a 7 días, pero mantuvieron la tendencia al alza los que duran entre dos semanas y un mes. En total, se firmaron en la CAV el año pasado 449.153 contratos de menos de un mes de duración, por 76.000 de entre uno y tres meses o los 4.500 de más de dos años. Son cifras correspondientes únicamente a nuevos empleos temporales, que en total rozaron en el año los 900.000 -los registros del Ministerio contabilizan 291.000 contratos temporales de duración indeterminada, la mayoría de fin de obra-.

repunte respecto a 2016 El porcentaje sobre el total de nuevo empleo, incluyendo el indefinido, se acerca al 50%, por encima de la media del Estado español. En concreto, las nuevas ocupaciones de menos de un mes son el 48,14%, medio punto más que en 2016 y casi dos puntos por encima del peor momento de la crisis. En plena tormenta económica bajó con fuerza el ritmo de contratación, pero la temporalidad ya contaba con un espacio importante.

El punto de inflexión se produce en la primera fase de la crisis. Comparando la radiografía de 2007 se observa que en Euskadi surgen más puestos de trabajo que hace diez años, pero también el ritmo de destrucción es más elevado. El resultado es un alto índice de rotación, de forma que cada persona que se incorpora al mercado de trabajo firma en el año de referencia una media de tres contratos.

El año pasado se hicieron 100.000 contratos más que en 2007, pero también hubo muchos más que no se mantuvieron ni 30 días, en concreto 130.000 más. Los números son claros y confirman que el mayor dinamismo de la contratación se sustenta en los empleos temporales más breves, que pasan de representar el 38% del total a suponer casi la mitad. Hay también una parte positiva, como es que los indefinidos repuntan ligeramente en términos absolutos, mientras que bajan los eventuales que se prolongan más allá del mes y, en especial, aquellos que resisten más de dos años. El volumen de contrataciones vinculadas a la duración de la obra o servicio es muy parecido que hace una década.

Pese a que las reformas de 2012 se justificaron por la necesidad de impulsar la contratación indefinida, no ha habido un cambio claro de tendencia. Los primeros en perder su empleo en la crisis fueron los eventuales, lo que redujo rápidamente la tasa de temporalidad, que ha vuelto a subir con la recuperación. Los empresarios siguen tirando de contratos cortos. El año pasado se firmaron casi 150.000 contratos inferiores al mes más que en 2012, aunque no hay variación entre los que no alcanzan la semana.

Abriendo el abanico a todo el mercado de trabajo, cerca de uno de cada cuatro trabajadores vascos tiene un contrato temporal. Hay que tener en cuenta que los trabajadores que rotan en empleos precarios, que son ocupaciones que al igual que se crean también se destruyen de manera masiva, son pese a todo una parte pequeña del total de ocupados, entre los que sigue habiendo mayoría de indefinidos. En todo caso, agentes sociales y sindicales, expertos y organismos institucionales como el CRL coinciden en que una tasa de temporalidad superior al 20% es excesiva para una economía desarrollada.

En el lado positivo, los 48.000 nuevos contratos indefinidos que se firmaron en 2017 son un 8% más que los de 2016, mientras que en relación a 2012, cuando el empleo tocó suelo, el incremento es del 77%. La proporción con los nuevos contratos temporales es muy pequeña, pero al menos el empleo estable también crece en términos absolutos.

Nueve de cada diez. El año pasado se firmaron en Euskadi 933.000 contratos, de los que en torno al 95% fueron temporales. Es una proporción en línea con la de los años anteriores, aunque en números absolutos los niveles de contratación siguen creciendo. De hecho, el año pasado se batió un nuevo récord de contratos por encima de las cifras anteriores a la crisis.

Menos de un mes. De todos los contratos, algo más del 48% duraron menos de un mes. Respecto al año anterior bajan ligeramente los que duran menos de una semana, pero aumentan en conjunto los inferiores a 30 días. En el año 2007 el porcentaje de contratos inferiores a un mes era inferior al 38%, de forma que el incremento de la contratación -100.000 contratos más- se asienta sobre empleos breves.

Alta rotación. El resultado de que se firmen muchos contratos breves que se destruyen rápidamente es que hay una parte de trabajadores que entra y sale del mercado continuamente. De media, cada trabajador que encuentra empleo firma ese año tres contratos, por lo que hay casos en los que el número de cambios de empresa es mayor.

Un 8% más de indefinidos. Aunque son una minoría dentro de todos los nuevos contratos, los indefinidos, 48.000 el año pasado, mantienen una tendencia al alza clara desde 2012 en números absolutos.

10%

Uno de cada diez contratos firmados el año pasado en Euskadi duraron menos de una semana. En números absolutos fueron 95.886 contratos, 8.000 menos que en 2016 y un millar menos que en 2012. En cambio, respecto al año 2007 se han firmado 24.000 más.