BILBAO - Los empresarios son los agentes sociales vascos más optimistas de cara a 2018. Confebask estima que la economía mantendrá el actual ritmo de crucero y crecerá un 2,9% el próximo año, solo una décima menos que este curso. Su previsión está por encima de todas las que se han presentado y superan en medio punto la oficial, la del Gobierno Vasco. La intensidad de ese ritmo permitirá crear 18.000 puestos de trabajo y bajar la tasa de paro hasta el 8%, cuando el objetivo de Gasteiz es acabar la legislatura con un 10% en 2020. La patronal no percibe ningún obstáculo que pueda frenar el rumbo y considera que la dinámica se mantendrá en 2019, un año en el que Euskadi podría recuperar el nivel de empleo previo a la crisis más dura de la historia.
A pesar de ese escenario tan halagüeño la patronal vasca tampoco recomendará incrementos salariales en 2018. Los sueldos ya están subiendo en las empresas “donde se puede”, pero la pérdida de rentabilidad en las ventas y la necesidad de controlar los costes laborales impedirán un crecimiento “generalizado” de las retribuciones de los trabajadores.
El presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, y su director general, Eduardo Aretxaga, comparecieron ayer en la tradicional rueda de prensa de fin de año, en la que hacen balance del ejercicio en curso y exponen sus estimaciones de cara al siguiente. A lo largo de una década, los mensajes pesimistas de esa cita anual han dejado paso gradualmente a otros teñidos por la cautela y la esperanza a medida que se confirmaba la recuperación económica.
Cuestiones como el Brexit o la victoria electoral de Trump empañaron en cierta medida el encuentro hace doce meses. Sin embargo, por fin, la voz de los empresarios sonó ayer ilusionante sin sombra de amenazas. ¿Por qué la patronal vasca es más optimista que el Gobierno y otros agentes económicos que elaboran previsiones? Según explicaron sus dos máximos dirigentes, en su estimación añaden una variable más: las perspectivas de las empresas, que son “muy favorables”. Y en medio de ese clima de confianza las compañías anuncian inversiones de cara al próximo año, destinadas sobre todo a mejoras productivas.
Los motores del crecimiento La industria dará un paso al frente y sustituirá a los servicios como el sector que más tira del PIB. De forma paralela continuará creciendo el consumo privado. Esas tres cuestiones, inversión empresarial, empuje industria y consumo, serán los “principales motores de la economía vasca” a corto plazo.
Todo ello genera grandes expectativas en el plano laboral. Hasta el punto de que en el capítulo de las preocupaciones de la patronal gana peso la dificultad para contratar personal cualificado, que es la inquietud empresarial que más ha crecido este año. Cada vez hay un mayor temor a no encontrar mano de obra para atender las necesidades de producción y tener que renunciar a atender pedidos. Con todo la mayor preocupación de la patronal es el descenso de rentabilidad de las ventas, que se ha reducido “a la mitad” con el paso del vendaval de la crisis, afirmó Aretxaga.
El tercer factor de riesgo que se observa son los costes laborales, considerados por los empresarios como un elemento que frena la competitividad de su compañía. Por ello, el presidente de Confebask insistió en que no se va a hacer “un llamamiento a una subida generalizada” ya que “no todos los sectores ni todas las empresas se están comportando igual”. En este sentido, Larrañaga recordó que hasta octubre se ha registrado un crecimiento salarial medio del 1,44% en los convenios vigentes, que se eleva hasta el 1,6% en los que han sido firmados este año. De modo que advirtió de que los costes laborales también han subido “sensiblemente” y posiblemente esa es la causa de que los empresarios estén muy pendientes de contener el gasto en ese frente.
No obstante, la consolidación de la economía y las buenas perspectivas permitirán seguir elevando los salarios en la medida de lo posible en cada empresa. La economía vasca encadenará en 2018 cinco ejercicios de crecimiento y, si se cumplen las expectativas de Confebask, dará un salto de calidad en el ámbito del empleo. Una caída del paro hasta el 8% supondría situar por debajo de 94.000 el número de desempleados. Niveles que no se conocen en Euskadi desde 2009. Además, de cara a 2019 se intuye una dinámica muy similar, lo que sobre el papel permitirá recuperar los próximos dos años todo el empleo perdido durante la crisis en Euskadi. Según los cálculos de la patronal vasca, la Seguridad Social registrará 20.000 nuevos afiliados en 2018, con lo que se alcanzarán los 963.000 cotizantes, cerca del récord de casi 983.000 afiliados alcanzado a mediados de 2008.
Entre los retos que habrá que afrontar el próximo año para “fortalecer” la recuperación económica y del empleo, Confebask citó, la necesidad de que sindicatos y empresarios avancen hacia unas “relaciones laborales colaborativas” a través del diálogo social. También pidió al Gobierno Vasco que continúe apostando por la industria y por el estímulo de su innovación y digitalización. Y en general a la clase política le reclamó que “asegure” el actual marco de estabilidad institucional.