BILBAO - La industria ferroviaria vasca se encuentra bien posicionada para beneficiarse de un mercado que, según los analistas del sector, va a crecer en el próximo lustro a tasas de casi el 3% dada la pujante apuesta por la implantación del transporte público por ferrocarril, metro y tranvía en los entornos de las grandes urbes en casi todo el mundo. A lo que hay que añadir un mercado más focalizado en algunos países como es el de la alta velocidad ferroviaria.

Desde una perspectiva global, según los expertos, partiendo de un volumen de mercado ferroviario actual de unos 160.000 millones de euros al año, se esperan unas tasas medias de crecimiento anual en el mercado mundial del orden del 2,6% hasta 2021.

En cualquier caso, el crecimiento no es homogéneo en las diferentes regiones del mundo y, según un estudio de la organización del sector Unife, el área de Asia Pacífico, al igual que ocurre en otros sectores económicos, representa la parte más importante del negocio con un 32% del mercado, seguido de Europa occidental con el 26%. Un aspecto a destacar es que las previsiones de crecimiento europeas son ligeramente superiores a la media pues se estiman en el 3,1%.

Aunque Europa, por nivel tecnológico es junto con Japón, un líder mundial, sus empresas no pueden acceder a todas los mercados porque el ferrocarril tienen numerosas peculiaridades y la protección de los mercados locales es todavía muy acusada. De hecho, en los concursos para adjudicaciones de material rodante, en muchos casos, se incluye la condición de fabricación local lo que obliga a instalar plantas en diferentes países, un proceso que se ve favorecido porque los últimos contratos incluyen también de forma notable el mantenimiento de los trenes durante plazos largos de más de una década, por ejemplo.

Curiosamente, la accesibilidad a los mercados no crece a la velocidad estimada con la globalización económica mundial y de hecho en la última década se ha producido alguna regresión. Así, en el periodo 2013-2015 la accesibilidad a los mercados mundiales llegaba al 63% por debajo del 68% del periodo 2010-2013.

La industria vasca del ferrocarril, al igual que acontece en otros sectores industriales, se encuentra ante un mercado en crecimiento con oportunidades de negocio en los próximos años pero con unos desafíos claros: avanzar en los procesos de digitalización y adaptación a la industria 4.0, aumentar su acceso a recursos financieros porque en la mayoría de los últimos contratos, sobre todo en países emergentes, no se vende material ferroviario o de señalización, sino que se vende un proyecto con la financiación a varios años vista incluida. Y, por último, hacer frente a las restricciones proteccionistas y al empuje creciente de nuevos competidores, en especial de países emergentes.

Los fabricantes de países como China o India, con un mercado interno enorme, están entrando en los mercados exteriores y escalando a nivel tecnológico. El resultado es un incremento de la competencia desde abajo que limita los márgenes de los fabricantes occidentales como los vascos, máxime si se sitúan en las gamas medias de productos.

El sector en Euskadi El País Vasco cuenta con una treintena de empresas ligadas de forma importante al negocio del ferrocarril y con importante plantas de varios de los principales productores, caso de CAF, Talgo y Bombardier. Por ello junto a a empresas como Talleres de Amurrio, JEZ o Ingeteam, el sector ligado a la industria ferroviaria se identifica como uno de las más pioneros del mercado, con soluciones y servicios adaptados a las necesidades específicas de cada operador y proyecto. En este sector, fuertemente internacionalizado, ha sido clave la apuesta constante de los últimos años de las empresas vascas, con CAF al frente y sus proyectos llave en mano, por la innovación y el desarrollo tecnológico.

La fuerte internacionalización está haciendo también que se produzca un cambio en los mercados mundiales por la creciente presencia de la industria ferroviaria de países emergentes, como China, especialmente, con un enorme mercado interno.

En concreto China, con la fusión en 2015 de sus dos mayores constructores para crear un líder mundial CRRC, últimamente se está haciendo con las adjudicaciones más importantes a nivel mundial, gracias a la capacidad ilimitada de financiar proyectos con apoyo estatal . Ello está generando una presión a la baja en los márgenes que se traslada a todo la gama de productos, lo que ha obligado a empresas como la vasca CAF a dar un salto adelante hacia los servicios añadidos y los productos de mayor valor añadido más allá de la mera fabricaciones de trenes. O a Siemens y Bombardier a plantear una alianza que incluso firmas como la citada CAF y Talgo podrían explorar en el futuro.