El euro se ha apreciado frente al dólar en las últimas semanas hasta valores máximos desde hace dos años y medio, por encima de 1,18 dólares, tras el caos político en Washington y la tranquilidad de la Reserva Federal (Fed) para subir de nuevo los tipos de interés por la baja inflación. El euro abría ayer la jornada a 1,1815 dólares. Pero, además, el euro se ha apreciado frente a otras divisas como la libra esterlina, por la incertidumbre relacionada con el Brexit y la debilidad del Gobierno de Theresa May, o el franco suizo, en este último caso hasta el máximo desde comienzos de 2016.

“Aunque el Banco Central Europeo (BCE) no quiere que el euro sea demasiado fuerte, ni que se aprecie demasiado rápido, normalmente es muy titubeante a usar la intervención verbal”, considera el jefe de Divisas de Commerzbank Research, Ulrich Leuchtmann. La semana pasada las cifras de un crecimiento impresionante en España y también en Francia contribuyeron asimismo a impulsar al euro al alza, según Monex Europe. “El país galo está registrando el mayor periodo de crecimiento continuo desde 2011 y España crece al ritmo más alto desde 2015, siendo la economía más fuerte de las cuatro principales economías de la zona euro”, considera el jefe de análisis de mercado de Monex Europe, Ranko Berich.

“El escenario principal en el mercado de divisas sigue invariable, con un gran interés por parte de los inversores en el euro, mientras permanece la debilidad en el dólar”, señala el analista jefe de ActivTrades, Carlo Alberto De Casa. “En el billete verde pesa el tono conciliador de Yellen (la presidenta de la Fed)”, y los mercados que empiezan a ver un poco más lejana la decisión de aumentar los tipos de interés por parte de la Reserva Federal”, añade De Casa. “El euro no se aprecia frente al dólar porque sea una divisa tan fuerte, sino porque el dólar está bajo una presión severa”, añade Leuchtmann. “La Fed no puede convencer al mercado de que mantendrá su ritmo reciente de subida de los tipos de interés”, opina el experto de Commerzbank. “Pero el dólar parece también frenado por las derrotas parlamentarias de Donald Trump, que complican los planes para sus reformas”, según ActivTrades. El caos político de Washington y la falta de función legislativa en Estados Unidos es una de las causas de la debilidad del dólar, coinciden los analistas.

Desde inicios de año, el índice del dólar, que mide la fuerza de la moneda americana contra una canasta de seis divisas, ha perdido casi el 9%, según cifras de ActivTrades. Los economistas de UniCredit han revisado recientemente al alza sus pronósticos de tipo cambio del euro hasta 1,20 dólares a finales de 2017 (1,14 dólares anteriormente), y hasta 1,25 dólares a finales de 2018 (1,18 dólares). El euro se ha apreciado un 11,5% frente al dólar desde finales de 2016, según UniCredit.

“Pero la fortaleza del euro puede convertirse lentamente en un dolor de cabeza para el BCE. En las mentes de los banqueros centrales de Fráncfort, una apreciación del euro excesivamente rápida es peligrosa para la inflación de la zona del euro”, aunque hasta ahora el presidente del BCE, Mario Draghi, se ha mostrado muy relajado al respecto, según Leuchtmann. La tasa de inflación de la zona del euro se mantuvo en julio en el 1,3%, por lo que todavía se aleja del objetivo del BCE, que es una tasa algo por debajo del 2%.

El BCE compra grandes cantidades de deuda pública y privada de la zona del euro todos los meses para mantener los tipos de interés bajos, impulsar la concesión de crédito a las empresas y los hogares de la región, que se devalúe el euro y suba la inflación. Pero la apreciación del euro, que abarata las importaciones en dólares como el petróleo, puede dificultar su objetivo.

Commerzbank prevé que el euro se cambiará a 1,12 dólares a finales del tercer trimestre, a 1,10 dólares a finales del cuarto y a 1,08 dólares a finales del primero de 2018 porque considera que a medio plazo la reducción de las compras de deuda del BCE apoyará al euro.