madrid - Casi cuatro de cada diez desempleados del Estado español mayores de 50 años, en concreto el 39,2%, lleva buscando empleo cuatro años o más, en contraste con el 10,6% de los jóvenes que se encuentran en esta misma situación, según un estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), en el que califican este dato de “preocupante”.
Y es preocupante, entre otras razones, porque dicho colectivo se pueden ver abocado a una pobreza severa pues las posibilidades de conseguir empleo cada año que pasa son más reducidas, porque han consumido las prestaciones de empleo y hay numerosos ciudadanos que no perciben ayuda económica alguna, y porque al no cotizar en los últimos años previos a la jubilación se van a quedar con una pensión mínima hasta su fallecimiento. El resultado es que en España, con una esperanza de vida de 83 años, un trabajador sin empleo a partir de los 50 años puede estar condenado a la pobreza los últimos 30 años de su vida.
El informe del BBVA resalta que el desempleo juvenil recibe mayor atención por parte de las autoridades económicas, a pesar de que los desempleados mayores de 50 años están en una situación más complicada.
De acuerdo con los datos recopilados en el estudio, el 72,1% de los mayores de 50 años son parados de larga duración (un año o más), frente al 42,8% de la población más joven (entre 16 y 29 años).
Según el informe, una de las consecuencias de la crisis económica ha sido el aumento en cerca de veinte puntos del paro de más de cuatro años de duración, ya que en 2007 solo el 5,5% de la población parada llevaba buscando empleo cuatro o más años, mientras que en 2016 ese porcentaje llegaba al 24,1%.
Esto significa, según el estudio, que el crecimiento del empleo “se centra en unos grupos poblacionales pero excluye a otros”, lo que supone “una fijación del desempleo en determinados colectivos que pueden verse abocados a la pobreza debido a la imposibilidad de escapar del paro”.
El grupo de población de 50 años en adelante presenta características que lo convierten en especialmente vulnerable, entre otras cosas porque su nivel de cualificación está por debajo de la media de los parados, a lo que se suma que la edad en sí misma es el segundo elemento, por detrás de la menor formación, que más dificulta el encontrar un trabajo de nuevo.
En 2016, el 65,6% de los desempleados de 50 o más años solo tenía los estudios obligatorios, mientras que en el caso de la población más joven este porcentaje baja al 48%.
Por regiones, las que tienen mayor renta per cápita son las que presentan un menor porcentaje de parados buscando empleo desde hace cuatro años o más. En cambio, Canarias, Asturias, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y La Rioja son las que concentran mayor porcentaje de parados (más del 25%) que llevan buscando empleo más de cuatro años, mientras que Baleares, Navarra y Aragón no superan el 20% de parados en esta situación.
El análisis por sexo de los parados según el tiempo de búsqueda de empleo revela que no hay diferencias significativas de género entre hombres y mujeres, pues las mujeres en paro suponen el 50,6% de los desempleados. - DNA/E.P.