bilbao - Tubos Reunidos va a poner en marcha un ambicioso plan para dar la vuelta a la compañía y superar “el peor año de su historia”, el de 2016. El planteamiento pasa por producir un 20% más con la plantilla actual y, entre otros aspectos, reducir los costes de explotación directos un 16% por tonelada para poder generar un Ebitda positivo incluso en escenarios negativos de mercado. Ese fue el mensaje que defendió el nuevo máximo responsable del fabricante vasco de tubos de acero sin soldadura, Guillermo Ulacia, vicepresidente ejecutivo, con motivo de la celebración de la junta general de accionistas ayer en el Museo Guggenheim.
Para Ulacia, mejorar la competitividad de la empresa siderúrgica alavesa es vital porque “estamos cerca de las compañías que no van a pasar el corte de futuro”, en un escenario en el que hay una sobrecapacidad instalada de al menos un 30% en el mundo, y los precios de los tubos van a seguir bajos, y como consecuencia “los peores cerrarán”.
Guillermo Ulacia presentó un escenario futuro complicado para la compañía si no se reacciona, y por si alguien tenía dudas afirmó que “venimos de facturar 190 millones de euros con una deuda de más de 300 millones”, pero señaló que la firma tiene potencial para dar un salto adelante con el trabajo de todos.
Este salto, con las medidas a adoptar, se verá apoyado por las previsiones que auguran que la demanda mundial de tubos de acero sin soldadura crecerá de media un 3% hasta 2020. En todo caso, Ulacia dejó claro que esta tasa de crecimiento prevista es la mitad de la registrada en la primera década del siglo XXI.
El máximo responsable de la gestión de Tubos Reunidos, Guillermo Ulacia, un hombre con amplia experiencia en el sector siderúrgico pues ha desarrollado buena parte de su carrera profesional en el gigante Arcelor, advirtió que el mero hecho de evolucionar hacia productos premium de mayor valor añadido, algo que la compañía está haciendo de forma que “el 39% de la capacidad productiva de Tubos Reunidos son ya productos OCTG de alta gama”, no es la panacea porque la presión exportadora china está reduciendo el diferencial de precios entre los tubos normales al carbono y los de gama premium.
Ulacia presentó las líneas maestras de su plan de actuación que incluyen, además de los ya citados, acercarse a los clientes finales para presentarles la mejor oferta técnica posible, aumentar la flexibilidad, y reducir la gama de productos para centrarse principalmente en los más rentables porque, como recordó, la compañía, con una capacidad de producción de 325.000 toneladas anuales, es muy pequeña en un mercado mundial de tubos de acero sin soldadura de 43 millones de toneladas. Tubos Reunidos, además, está trabajando al 70% de su capacidad, “pero venimos de un 50% y nuestro objetivo es llegar al 90%”.
La aspiración de la compañía es generar un resultado bruto o ebitda de 45 millones de euros en dos años con un escenario basado en la producción en toneladas de 2014 y los precios actuales. Para hacerse una idea de qué esfuerzo representan estas cifras, hay que tener en cuenta que la junta de accionistas aprobó los resultados de 2016, que fueron de 195 millones de euros de facturación, con un ebitda negativo de 15,5 millones y unas pérdidas de más de 51 millones.
El panorama es complejo, pero el presidente de la compañía, Pedro Abásolo, recordó que la compañía, nacida como Tubos Forjados, cumple este ejercicio 125 años y tranquilizó a los inversores recordando que en esta largo periodo la compañía ha sabido gestionar los diferentes ciclos, altos y bajos, y coyunturas por las que ha pasado el negocio y la empresa.