bilbao - Licenciada en Psicología por la UPV/EHU, con un máster y técnico superior en prevención de riesgos laborales, Loli García será salvo sorpresa elegida el 2 de junio para relevar a Unai Sordo al frente de CCOO-Euskadi. Con experiencia como responsable sindical a distintos niveles, llega a la Secretaría General con el aval de todas las federaciones y dispuesta a volver a consolidar a CCOO como segundo sindicato de la CAV.
Será la primera mujer al frente de un sindicato que ha estado dirigido por históricos como Tomás Tueros o Santiago Bengoa. ¿Qué se siente?
-Es un honor ser la primera mujer pero lo importante es que esto se ha vivido con normalidad dentro de una organización como es un sindicato que viene de una cultura muy masculina. El sindicato ha ido interiorizando el trabajo que han hecho las mujeres y eso se traduce en que hoy la elección de una mujer no sea noticia.
Le presentan como candidata de consenso. ¿Por qué usted?
-Bueno, había varias opciones pero no ha habido competencia entre nosotros. Es verdad que llevo unos años en el sindicato en puestos de responsabilidad y conozco el trabajo directo en las empresas porque estuve bastante tiempo de responsable en la Margen Izquierda. CCOO es una de las organizaciones más democráticas con un proceso de participación con la afiliación muy amplio. En un Congreso con 300 delegados con 30 firmas se puede hacer una candidatura alternativa. Por eso hemos hecho este trabajo de consenso, porque no es momento para enredarnos en broncas internas. No parece que vaya a haber otra candidatura pero hasta el Congreso existe esa posibilidad, claro.
¿Cómo llega CCOO-Euskadi al Congreso? ¿Pesa el haber dejado de ser el segundo sindicato vasco?
-No, el sindicato está muy vivo. Tiene músculo y mucha gente currando con compromiso. Empezamos a crecer en afiliación y representación otra vez y a día de hoy estamos en empate técnico con LAB. Creemos que en poco tiempo recuperaremos el 20% y la segunda plaza. La crisis y la campaña de descrédito por parte de la derecha ha afectado a la afiliación pero eso está superado. Afrontamos el nuevo mandato con una estructura sólida y con la intención de lanzar una ofensiva para reforzar la acción sindical en los centros de trabajo.
Ese enfoque hacia la empresa, ¿tiene que ver con que dan por perdidos los convenios de sector?
-No hemos perdido la esperanza, igual que no hemos perdido la esperanza de que se deroguen las reforma laborales. Pero tenemos que dar salida a las realidades concretas de los trabajadores. El marco sectorial sigue siendo nuestra referencia, pero dadas las posiciones sindicales y que la patronal tampoco se mueve tenemos que hacer una acción sindical más ligada a los centros de trabajo.
La huelga en la enseñanza de hoy -por ayer- vuelve a evidenciar la distancia de CCOO con la mayoría sindical. ¿Le preocupa que LAB se sitúe cada vez más cerca de ELA?
-Sí, desde hace tiempo. LAB está cerrando filas con ELA en lo político dejando aparcado todo lo que tiene que ver con la realidad sindical. Eso no es bueno. La huelga de hoy se convoca por parte de unos sindicatos sin ni siquiera hablar con el resto y luego nosotros convocamos de manera autónoma. Vamos a quedarnos con que la fecha es coincidente.
Dice que ELA y LAB cierran filas en lo político. ¿A qué se refiere?
-ELA y LAB están avanzando hacia una acumulación de fuerzas soberanistas, además de manera muy excluyente, y eso conlleva el dejar de lado sus diferencias en la negociación colectiva. LAB defendía unos planteamientos similares a los nuestros que ha dejado de lado. Hace tiempo que no les oigo hablar de los convenios sectoriales. Solo hablan de soberanía.
Unai Sordo ha sido duro con ELA. ¿Seguirá usted esa línea crítica?
-Unai no ha sido duro con ELA, sino con sus actitudes excluyentes. ELA no busca un espacio de encuentro, no quiere que todos nos sentemos en una mesa cada uno con su representatividad. Ha apostado siempre por un ámbito de bilateralidad con el Gobierno y la patronal y de exclusión hacia el resto de sindicatos. ELA critica el diálogo social y, mira, en los acuerdos del 22 de julio nosotros movimos la posición de la patronal y fruto de eso llegó el acuerdo de enero. Eso les puede gustar más o menos pero la crítica zafia no la vamos a permitir.
¿Qué opina de la bronca entre PNV y ELA? ¿Entiende las críticas de ELA hacia el Gobierno Vasco por querer limitar el papel de los sindicatos?
-Es que no es verdad. Hoy hay una mesa convocada por la Diputación de Álava donde nos han invitado a todos los sindicatos para hacer propuestas de fiscalidad. ELA y LAB no participan porque dicen que no hay contraparte con la que contrastar propuestas. No es cierto que se les excluye, ese es el problema de ELA. No acuden porque entienden que su relación con los gobiernos y la patronal tiene que ser de exclusividad obviando al resto de sindicatos, también a LAB.
Cuando ELA dice que a los sindicatos se les veta el debate fiscal, ¿comparte la queja?
-¿Pero cómo quiere ELA interceder en la fiscalidad? Nosotros tenemos una propuesta y creemos que el Parlamento Vasco tiene que ser soberano sobre fiscalidad, ahí estamos de acuerdo con ELA, pero no vemos otro ámbito de interlocución que no sea la concertación con Gobierno o diputaciones. Si ahí se niega a participar pues que explique cómo quiere hacerlo.
¿Coincide con el consejero de Hacienda en que hace falta una reforma fiscal en profundidad?
-Sí, aunque seguramente no coincidamos con Pedro Azpiazu en cómo tiene que ser. La alternativa a la austeridad es un aumento de los ingresos vía fiscal. Hay mucho margen para subir el Impuesto de Sociedades, hay que aumentar los impuestos a las rentas altas, ya sean de trabajo o de capital, y mejorar la lucha contra el fraude fiscal. También hay que reformar los impuestos directos. El IVA tiene que ser proporcional a los ingresos.
¿Cómo está la relación con el Gobierno Vasco? ¿Está en vía muerta el diálogo social?
-Estamos preocupados. Los acuerdos del 22 de julio tienen recorrido pero este modelo de gobierno con dos consejerías de empleo no ayuda. La consejería de Trabajo, la que tiene asignada el diálogo social, apenas tiene competencias. Va a pasar un año desde los acuerdos de julio y no hay nada concretado. Solo retomaremos el diálogo social si ponemos en marcha medidas claras para desarrollar las declaraciones de julio. No vamos a participar otra vez en un proceso de un año de siéntate, ponte y tal.
En apenas dos semanas dos de los cuatro grandes sindicatos vascos tendrán al frente una mujer ¿Qué supone para el sindicalismo?
-El 40% de nuestra afiliación son mujeres y vivo esta progresión con mucha esperanza. En CCOO nos hemos preocupado de que el feminismo impregnara el conjunto de la acción sindical. Que Garbiñe Aranburu en LAB y yo estemos al frente de dos sindicatos importantes es bueno porque ayuda a que la sociedad tenga otra imagen de las mujeres. Que se vea que no hay espacio público que no pueda ser ocupado por mujeres.
¿Son los jóvenes el gran reto para los sindicatos?
-Sí, pero no diría que es porque hay un desapego hacia lo sindical. Los jóvenes acceden a un trabajo tarde y muchos se afilian pero no pueden representar al sindicato porque están en precario. Con un contrato temporal hay muchas dificultades para presentarse a elecciones sindicales.