BILBAO - El mayor astillero vasco, La Naval de Sestao, ha empezado el año con cuatro buques en cartera: un barco para la instalación de cable submarino para Tideway, dos dragas de succión para Van Oord y un ferry de GNL para la naviera Baleària. Además el astillero, cuya capacidad técnica está fuera de duda, tendría presentadas ofertas para adjudicarse hasta 8 buques adicionales en los próximos años.

Esta situación de bonanza, que le puede suponer trabajo hasta 2019, contrasta con la que tenía al inicio de 2014, donde la combinación de la crisis económica y del expediente de la CE al sistema de tax lease utilizado en la construcción naval del Estado español, había dejado a las gradas vacías y a La Naval aplicando un ERE tras otro a los cerca de sus 200 trabajadores.

Es en ese contexto donde se consiguió el contrato del ferry con Teso, al parecer con un precio a la baja, que inició el proceso que ha afectado negativamente a las cuentas del astillero y que ha hecho aflorar las desavenencias graves entre los accionistas de La Naval, diferencias existentes desde la privatización de Izar.

No se puede obviar que los principales accionistas tienen intereses en el sector y que La Naval contrata trabajos con proveedores que son socios del astillero. Así, se podía dar el caso de que la construcción de un barco diese números rojos a La Naval pero el citado contrato supusiese un pedido importante, y beneficios, para alguno de los accionistas en su condición de proveedor.

Ahora el hecho de que una empresa de construcción naval como Murueta tome el control de la gestión se puede valorar positivamente. En todo caso, según fuentes del sector naval vasco, “esta es una apuesta de futuro y de continuidad de la construcción naval a orillas del Nervión”. La continuidad rentable de la actividad en La Naval es positiva para todo el sector de construcción naval vasco pues “al ser el astillero más grande justifica la existencia a su alrededor de una importante industria auxiliar” lo que facilita, a su vez, la competitividad de otros como Murueta o Zamakona.

El Gobierno Vasco se muestra dispuesto a “acompañar” a La Naval pero siempre y cuando los accionistas “asuman su responsabilidad” y adopten las medidas necesarias para implantar un plan de futuro, señaló la consejera Arantxa Tapia. - X. A.