La empresa eléctrica vasca Iberdrola está a punto de materializar su apuesta por la energía eólica marina con la construcción del parque offshore de Wikinger, en el norte de Alemania frente al puerto de Sassnitz, en Pomerania occidental, en las aguas del Mar Báltico.
La compañía está instalando 70 aerogeneradores de última generación diseñados por Adwen, la joint venture que creó Gamesa con la francesa Areva para el desarrollo de equipos marinos antes de su integración en Siemens Wind. Los 70 molinos de viento, de los que 18 ya están montados, supondrán una potencia total instalada de 350 MW.
Este proyecto forma parte de la gran apuesta de Alemania por las energías renovables tras la decisión de cerrar su parque nuclear. Esta iniciativa ha facilitado, entre otros aspectos, que Siemens se haga con el control de Gamesa o que, por ejemplo, la energía solar fotovoltaica instalada en Alemania, país que no se caracteriza por su sol, tenga instalados más de 40 GW solares, ocho veces más que España.
En Wikinger, según señalan los responsables de Iberdrola, con el responsable del proyecto el vasco Estanislao Rey Baltar, al frente, con el parque en pleno funcionamiento se evitará la emisión a la atmósfera de casi 600.000 toneladas CO2 al año y se dará servicio eléctrico a unos 350.000 habitantes, o sea, una ciudad como Bilbao
En Iberdrola destacan la importancia de este parque eólico para probar el avance que se está dando en la industria eólica offshore para conseguir mejorar los procesos de instalación y operación y reducir los costes. El parque, el mayor de Iberdrola en estos momentos, supone una inversión de entre 1.300 y 1.400 millones de euros y espera poder generar electricidad a precios de 150 euros Mwh o incluso menos en el futuro.
colosos en alta mar Los aerogeneradores destacan por su gran tamaño, normalmente muy superiores a los que están instalados en tierra porque dados los elevados costes de situarlos y operarlos en el mar se precisan de equipos más grandes para poder rentabilizar la inversión. En concreto estos molinos son de 5 Mw, más del doble de capacidad generadora, que los que instala Gamesa en tierra, que se mueven entre 2 y 2,5 Mw. Lo primero que destaca es el anclaje al fondo marino, a unos 40 metros de profundidad, a través de jackets que son unas estructuras de 60 metros de altura, el equivalente a al Museo de Guggenheim en Bilbao, con un peso de 650 toneladas. En la parte por encima del nivel del mar están pintados de amarillo “por normativa y para que sea vean mejor”, indican los técnicos de Iberdrola.
Los aerogeneradores están conectados a una subestación eléctrica que se montó en Cádiz y que se trasladó por mar tras quince días de navegación. La subestación fabricada por Navantia, en Puerto Real, pesa unas 8.500 toneladas, bastante más que la Torre Eiffel de París.
La instalación, ubicada frente a la costa noreste de la isla alemana de Rügen, es el segundo parque eólico marino de Iberdrola, tras la puesta en funcionamiento del West of Duddon Sands, en el mar de Irlanda, en 2014. Se espera que este operativo este otoño. Iberdrola está liderando un proyecto pionero en el que están aplicando nuevas técnicas de montaje para facilitar el trabajo, reducir plazos, aumentar la seguridad y reducir costos.
Un efecto notable del esfuerzo inversor realizado por la compañía vasca presidida por Ignacio Galán en Wikinger es el efecto tractor producido en las distintas zonas en donde se está desarrollando, con unos 2.000 empleos destinados a la construcción en el puerto de Mukran y en las fábricas en donde se han construido todos sus componentes, tanto en Alemania, como en el Estado español, incluido el País Vasco.
Las turbinas son equipo de última generación fabricadas por la empresa Adwen (Grupo Gamesa) en sus plantas de Bremerhaven y Stade (Alemania), tienen 5 Mw de potencia unitaria y son del modelo AD-5000 - 135.
Se trata de los aerogeneradores de mayor potencia y dimensiones que la compañía vasca ha instalado en su historia. Están constituidos por una nacelle de 222 toneladas de peso y cuentan con un rotor de nada menos que 135 metros de diámetro cuyas palas tienen 77,5 metros de longitud cada una y están instalados en una torre de 75 metros de altura.
La complejidad de la obra se refleja en el elevado impacto que tiene para la industria naval. Fuentes de Iberdrola señalan que las empresas del sector naval que se benefician de los trabajos de la puesta en marcha de un parque eólico marino como este de Wikinger, en Alemania, desde los astilleros, a los buques de apoyo y montaje, pasando por los fabricantes de las plataformas anclajes y demás se llevan un negocio de unos 470 millones de euros, algo más de un tercio de la inversión total prevista. De hecho hasta 85 buques diferentes participan en un momento u otros en las diferentes fases del proyecto. Desde buques de apoyo para el personal, hasta buques grúas, hotel, instaladores de jackets, transportes, instaladores de cable en el lecho marino, recuérdese que el parque está a unos 30 kilómetros de la costa.
Iberdrola incluye este parque entre los proyectos de inversión en renovables en el periodo 2016-2020 que suma unos 9.700 millones de euros, de ellos 3.900 en eólica marina.
Inversión . El parque eólico marino de Wikinger, a 35 kilómetros de la costa alemana, es un proyecto de Iberdrola que conlleva una inversión de entre 1.350 y 1.400 millones de euros que se pondrá en marcha este año 2017. Se trata del segundo parque éolico offshore de Iberdrola.
Capacidad. El parque contará con una capacidad instalada de 350 megavatios (Mw), gracias a la instalación de 70 aerogeneradores de 5 Mw de capacidad unitaria.
Situación. Se desarrolla en el norte de Alemania frente a la isla de Rügen en aguas del Mar Báltico en Pomerania Occidental. La profundidad del lecho marino oscila entre 37 y 43 metros y se extiende en un área de 34 kilómetros cuadrados que está situada a unos 45 kilómetros de la costa alemana. El barco especial encargado de trasladar los diferentes elementos de los equipos para su instalación tarda unas 12 horas en hacer la travesía desde el puerto hasta el parque eólico marino.
Aerogeneradores. Han sido fabricados por la compañía vasca Gamesa a través de su filial Adwen. Tienen 5 Mw cada uno. Cuentan con un rotor de 135 metros de diámetro, con palas de 77,5 metros de longitud ancladas a una nacelle de 222 toneladas de peso situada sobre una torre de 75 metros de altura
Producción. El parque generará la electricidad para abastecer una ciudad de 350.000 habitantes.