Bilbao - El nombre de Tressis tiene una historia detrás ligada al mundo económico. Era una moneda de bronce utilizada durante la República romana. Tenía un valor de tres ases y su marca distintiva era una bola o punto. Fue uno de los múltiplos del as de bronce hasta la II Guerra Púnica. Hoy en día da nombre a una firma de gestión de patrimonios que nació en el año 2000 y que está presente en Euskadi desde 2006, con oficinas en Donostia y Bilbao. Su director para el País Vasco y Zona Norte, Mikel Iriondo, titulado en Administración de Empresas por la Universidad de Coventry (Reino Unido) y PDG por el IESE, considera que ésta es una época en la que las elevadas incertidumbres existentes en los mercados aconsejan dejarse asesorar por profesionales independientes a la hora de invertir. Iriondo es un profesional con una amplia experiencia en el sector pues ha trabajado en varias entidades de banca privada, entre ellas, Banco Madrid e Inversis.

¿El País Vasco es importante para la compañía?

-Sin duda. El País Vasco es una zona esencial para Tressis, con un crecimiento superior a la media española. Los inversores vascos tienen una amplia cultura financiera, son conocedores de los mercados y cada vez valoran más consejos especializados. En el País Vasco tenemos el 12% de los fondos que gestionamos en Tressis y ello está en línea con la media del mercado vasco respecto al español. Pero teniendo en cuenta el relativamente poco tiempo que llevamos en el mercado vasco creemos que podemos mejorar. Estamos en la media del sector pero hay margen de mejora para aumentar la cuota de mercado en el País Vasco.

¿Qué ventajas concretas aporta una entidad como la suya?

-En Tressis tenemos un modelo de gestión de patrimonios diferencial, manejamos 3.700 millones de euros, que nos permite dedicar todo el tiempo preciso para conocer las necesidades de nuestros clientes en concreto y explicarles los riesgos y ventajas de las distintas alternativas de inversión que puede tener a su alcance. En un mercado como el actual de alta volatilidad y con tipos de interés a cero, contar con una gestión cualificada e independiente como la que ofrece una entidad como Tressis, supone una diferencia sustancial en el asesoramiento financiero.

¿Ustedes fijan una cantidad mínima de patrimonio para poder trabajar?

-No. No ponemos un mínimo de salida. Dicho esto es verdad que el patrimonio medio que gestionamos es de unos 500.000 euros pero, claro, hay muchas diferencias entre unos y otros clientes. Sí es cierto que una de nuestras recomendaciones básicas para invertir es la de diversificar y si sólo se tienen para invertir, por ejemplo, 20.000 euros, no es sencillo poder acceder a productos distintos. Pero no existe, a priori, una cantidad mínima prefijada.

¿Siguen existiendo diferencias en la forma de invertir entre un ahorrador vasco y uno levantino?

-Sí. Pero porque hay diferencias en la forma de ser y de entender la vida pero también hay diferencias dentro del País Vasco entre un inversor vizcaíno y uno guipuzcoano. Es cierto que en Bilbao existe una tradición bursátil de años pero las cosas están cambiando muy rápido. En cualquier caso, las estadísticas dan muchos datos. Inverco, la asociación patronal que agrupa a las entidades de inversión colectiva, señala que los vascos tienen de media dos veces y medio más inversiones en fondos que los levantinos. Pero insisto, también existen muchas diferencias entre los territorios vascos. Además en la última década se ha producido un cambio notable en el planteamiento inversor. Hace quince años era muy normal que una familia de clase media-alta bilbaína contase con una cartera estable de acciones tipo, BBVA, Iberdrola o Telefónica, entre otras, y la mantenía a largo plazo limitándose a cobrar el dividendo. Ahora se empieza a entender que igual es mejor rotar dicha cartera, realizar una gestión más dinámica, y tener un fondo, con liquidez y diversificación, que tener unas acciones de una empresa concreta a largo plazo.

¿Existe más animadversión al riesgo tras la crisis?

-No se puede generalizar. Hay que entender y explicar bien al cliente que el riesgo es algo cambiante, dinámico. Un activo puede verse como lo más seguro del mundo en un momento dado y no serlo. Un depósito bancario se ve como muy seguro pero si uno tiene más de 100.000 euros depositados, que es la cifra máxima que cubre el Fondo de Garantía de Depósitos, en una entidad financiera con problemas, ¿se puede considerar seguro? ¿Es seguro tener ahora un bono del Estado cuando van a subir los tipos? Creemos que hay que analizar cada situación en cada momento, y en función del perfil del cliente y de lo que espera el mismo para su inversión hacer una cosa u otra. Nuestro trabajo es muy personal con cada cliente, muy dinámico, con mucha información y transparencia. Hay mucha gente que sabe diferenciar unas cosas y otras. Es importante diversificar por tipología de activos, viendo el perfil de inversor, hacer una identificación del riesgo para cada uno de nuestros clientes. No se puede generalizar, sin más, afirmando, por ejemplo, que invertir en renta variable tiene más riesgos.

¿La renta fija es una buena opción de inversión vistas las incertidumbres existentes en los mercados?

-Hace cinco años invertir en renta fija era una buena opción. De hecho estos años hemos vivido los mejores tiempos para la renta fija en la historia. Ahora, en cambio, con las perspectivas de subidas de tipos de interés en Estados Unidos y, más adelante, en Europa, la renta fija no está exenta de riesgo. Insisto hay que realizar una gestión de la inversión dinámica, adaptándose a la realidad de cada momento.

¿Qué diferencia a sociedades como la de ustedes de los bancos?

-Hay una fundamental que es la independencia. Con nosotros no hay conflicto de intereses, no tenemos un producto propio que vender. Nosotros asesoramos al cliente en lo que pensamos que es mejor para su inversión, no le colocamos un fondo Tressis. Los clientes hoy en día demandan mucha información y nosotros se la damos porque somos muy transparentes. Le ofrecemos varias posibilidades desde gestionarle todo o asesorarle y que él decida.

¿Las comisiones inciden mucho a la hora de tomar una decisión?

-Hoy en día, al final el cliente lo que demanda es un servicio de calidad y una rentabilidad. Si le das eso, una buena gestión y un buen servicio, entiende los precios que le cobras y no discute si tiene que pagar un 0,3% o un 1,3%.

¿Cómo se ve 2017 desde el punto de visto inversor?

-Estamos en un año positivo en el que vamos de más a menos. El primer trimestre ha sido bueno pero las dudas sobre la evolución de la política y la economía en los próximos meses son grandes. Por lo tanto vemos un año complicado.

¿El ciudadano medio vasco se conciencia de que hay que ahorrar para la vejez?

-El País Vasco tiene una tradición de ahorrar a través de las EPSV, especialmente las de empleo, que trabajan bien. Eso es una realidad. Pero al final el problema es que esta renta, la del rendimiento del trabajo, es la peor tratada. Pensando a largo plazo nosotros tenemos planes de pensiones y EPSV para nuestros clientes que lo demanden pero yo por ejemplo, a título individual, tengo 46 años, ahorro más a través de fondos de inversión que de EPSV porque me ofrece más flexibilidad para poder disponer del dinero. Eso no implica que no haya planes de pensiones buenos, que los hay, y que existan EPSV buenas, que también las hay pero menos. En todo caso, el ciudadano sí tiene que concienciarse que dentro de 20 ó 30 años, las pensiones tendrán un problema con las actuales cotizaciones y que es preciso planificar el ahorro a largo plazo.

¿Se ha producido el cambio accionarial en la compañía del que se estuvo hablando el pasado año?

-No. Tressis y Haitong Capital, el brazo de private equity del banco chino Haitong, con ficha en Portugal, no siguieron adelante con el acuerdo por el que directivos, empleados y agentes de la firma se quedaban con el control de la sociedad. El acuerdo no prosperó porque el regulador luso, el Banco de Portugal, recordaba que Haitong estaba sometido a una reestructuración y esta operación podría alterar la misma. A efectos prácticos del día a día no ha afectado nada.