vitoria - Las dificultades que tiene la juventud para encontrar trabajo son conocidas, pero el colectivo no es homogéneo y la rampa que da acceso al mercado de trabajo es más empinada para unos que para otros. El Observatorio Vasco de la Juventud ha realizado un estudio que evalúa las expectativas de los jóvenes en relación al empleo y hay una conclusión que da cuenta de un cierto desequilibrio entre ambos sexos: las mujeres menores de 30 años ven más fácil encontrar trabajo que los hombres.
La encuesta se ha realizado consultando a más de 1.500 personas residentes en la CAV de entre 15 y 29 años. El Observatorio de la Juventud, que depende del Gobierno Vasco, hace varias preguntas relacionadas con la situación personal, económica y laboral. En una de ellas se cuestiona a jóvenes en paro si creen que encontrarán empleo en el plazo de un año, a lo que el 69% responde que sí, dos puntos menos que en 2015 -la encuesta se realizó a finales del pasado año- aunque se superan ampliamente los porcentajes de 2013 y 2014. Sin embargo, entre las mujeres que buscan trabajo un 74% prevé firmar un contrato en los siguientes doce meses mientras que en el caso de los hombres los optimistas son el 64%.
La diferencia puede llamar la atención por la desigualdad histórica que sufre la mujer en el mercado de trabajo pero, más allá de la percepción subjetiva de cada sexo sobre el devenir económico, hay factores objetivos que explican la brecha.
El primero es el tipo de empleo que predomina en estos momentos. El comercio, la hostelería o el servicio doméstico son ramas muy feminizadas y con altas tasas de temporalidad y de contratación parcial. En la misma encuesta se pregunta a hombres y mujeres con trabajo por el riesgo que perciben de poder perderlo. El 45% de las mujeres consultadas creen que es probable que en un año sean despedidas o sus condiciones laborales empeoren, mientras que en el caso de los hombres son el 38%. Es decir, las mujeres acceden en mayor medida a un empleo pero la precariedad del mismo hace que tengan más riesgo de volver a caer en paro.
La otra cara de esta moneda es el progresivo deterioro de sectores con mayoría de hombres, como son la industria y la construcción. Aunque la mujer ha ido haciéndose un hueco en este terreno, se trata de actividades que hasta hace unos años eran puertas abiertas al mercado de trabajo principalmente para hombres, posibilidades que se han ido evaporando durante la crisis.
De la misma manera, pese al retroceso producido en los últimos años la gran industria sigue presentando en general más estabilidad y menor temporalidad que los servicios, lo que explica que los hombres trasladen menos miedo que las mujeres a ser despedidos. El estudio remarca que la media de hombres y mujeres que creen que pueden perder su empleo o ver rebajadas sus condiciones, el 42% -el 33% teme quedar en paro y un 9% perder condiciones laborales-, ha bajado diez puntos en relación a 2015.
Evidentemente, la ventaja de la mujer en el acceso al empleo no solo se explica por la precariedad. A la hora de buscar trabajo es clave el nivel de formación, y ahí las jóvenes tienen ventaja. Según datos de Eustat, en la franja de jóvenes entre 15 y 29 años hay 38.000 hombres con estudios superiores por 50.700 mujeres. Un escalón más abajo, en el colectivo con estudios medio-superiores, la relación es de poco más de 5.000 hombres por cerca de 10.000 mujeres. Una diferencia significativa que, en un momento en que la especialización es fundamental, también contribuye a que ellas tengan más posibilidades de acceder al mercado laboral. En ese sentido, hay que señalar que siete de cada diez estudiantes confían en encontrar un empleo acorde a su formación, con números similares entre mujeres y hombres. El porcentaje ha crecido con fuerza desde el año 2013.
Otra conclusión del estudio, en línea con los datos de acceso al empleo, es que las mujeres están en una mejor situación de cara a lograr emanciparse de casa de sus padres, si bien ambos sexos cuentan con obstáculos importantes. Así, el porcentaje de mujeres jóvenes que quieren marcharse a su propia vivienda pero creen que no podrán hacerlo en el plazo de un año es del 42%, mientras que en el caso de los hombres son el 50%.
emigración forzosa Además, la encuesta concluye que el 12% de los jóvenes calcula que tendrá que marcharse al extranjero sin desearlo para trabajar. El porcentaje ha bajado desde 2013, cuando era del 16%, y el reparto es similar entre mujeres y hombres. El observatorio explica que una proporción elevada de jóvenes desea marcharse a otro país a trabajar, motivo por el que las tasas de emigración forzosa son bajas.
Como conclusión final se indica que, por la importancia que les conceden los jóvenes, tanto el empleo como la formación deben ser los ámbitos de actuación prioritaria para la administración.
Acceso al empleo. El 69% de los jóvenes vascos que están en paro creen que podrán encontrar trabajo en un año. El 74% de las mujeres jóvenes son optimistas sobre la posibilidad de encontrar trabajo mientras que entre los hombres lo son el 64%.
Pérdida del trabajo. Cuestionados sobre si ven posible perder su empleo o sufrir una rebaja de condiciones de trabajo, el 42% responde que sí -el porcentaje incluye cualquiera de las dos posibilidades-. Entre las mujeres ven en riesgo su puesto el 45% y entre los hombres el 38%.
12%
Es el porcentaje de jóvenes vascos que calculan que, sin desear marcharse, tendrán que emigrar al extranjero para trabajar. En 2013 eran el 16%.