BILBAO - La mejoría de la economía en el Estado español, con un cierto repunte de la demanda en la construcción, y una ligera recuperación de los precios siderúrgicos, entre otras cosas, por la reducción de la capacidad de producción de acero instalada, ha llevado al grupo industrial extremeño Gallardo Balboa a analizar la posibilidad de reabrir su planta de Corrugados Azpeitia, que permanece cerrada desde hace cuatro años y que contaba con 300 empleados. Esta posibilidad no se puede separar de la situación de la matriz Siderúrgica Balboa, con la dirección y el comité enfrentados por el convenio, con convocatoria de paros incluida.
La planta de Azpeitia, antigua Marcial Ucin, estaba especializada en la fabricación de corrugados -las barras de acero que van dentro del hormigón- y su dependencia es total de la evolución del sector de la construcción. La demanda de acero común para la construcción se hundió en España en la crisis al caer de casi 6 millones de toneladas anuales a menos de 2.
Para analizar su posible reapertura Gallardo ha contactado con consultoras especializadas en el sector siderúrgico, como Bascotecnia Group, que se encargan de analizar la situación de instalaciones que trabajan en este sector. Aunque desde el Grupo Gallardo no hacen declaraciones al respecto fuentes de la empresa de ingeniería eléctrica y sistemas de automatización AIEK Sistemak confirmaron a Efe que han recibido el encargo de analizar como se encuentra la planta de Azpeitia de cara a un posible arranque, ya que se cerró hace cuatro años.
Esta empresa explicó que su trabajo se centra en visitar instalaciones, tanto eléctricas como mecánicas, y elaborar un informe sobre su estado actual para, en una siguiente fase y si el cliente lo demanda, evaluar los costes de la puesta en marcha, con las revisiones y reparaciones que se puedan necesitar. No obstante, precisan que en este caso el estudio está en una fase inicial, ya que, por el momento, no han visitado las instalaciones.
AIEK Sistemak precisa que la viabilidad o no de la reapertura de la planta es una cuestión que compete al cliente, que es el que conoce el mercado y sus condiciones, y si le interesa o no. “Nosotros somos una empresa que se dedica a la ingeniería ligada al mundo siderúrgico y nos limitamos a hacer un estudio sobre el estado de la planta”, insisten, para añadir que el objetivo final es “decirle, más o menos, cual sería el coste de un posible arranque”.
En abril de 2013, Gallardo anunció la presentación de un despido colectivo, que afectaba a 72 trabajadores y al cierre de la factoría debido a la bajada del consumo. - DNA