MADRID - El ministro español de Hacienda, Cristóbal Montoro -el mismo que auspició la última amnistía fiscal para personas que no habían declarado los ingresos y pagado sus correspondientes impuestos en su momento-, pidió ayer un mayor rechazo social al fraude fiscal en España.
El ministro del Gobierno del PP que lidera Mariano Rajoy, destacó ayer el aspecto positivo de hacer públicos los casos de fraude fiscal que conciernen a personas conocidas -en su día las artistas folclóricas con Lola Flores a la cabeza y hoy los futbolistas como Cristiano Ronaldo y Leo Messi- porque, en opinión del máximo responsable de la Hacienda española, esa denuncia pública contribuye a crear sensibilidad social y conciencia de que quien defrauda a Hacienda roba a todos los ciudadanos.
El momento más paradójico se produjo -tal y como se encargaron de afearle posteriormente miembros de los grupos de la oposición en el Congreso- cuando Cristóbal Montoro afirmó que lo que más le desagrada como ministro de Hacienda es “cuando realmente no hay ese rechazo social a conductas públicas que están identificadas e incluso juzgadas y, sin embargo, sigue si manifestarse ese rechazo social”. Unas palabras que vienen de la persona que propició una amnistía fiscal duramente criticada tanto por los técnicos de Hacienda como por buena parte de la opinión pública española.
Como se recordará en 2012, Montoro anunció una amnistía fiscal camuflada como unas “medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas”, pagando un tipo del 10%. El Gobierno del PP esperaba recaudar con esta idea 2.500 millones de euros. La cifra real no llegó ni a la mitad. La Hacienda española ingresó solo unos 1.191 millones de euros de los 40.000 millones de euros que se regularizaron con la citada amnistía fiscal porque dichas rentas tributaron solo al 3%, no al 10% inicialmente anunciado.
La intervención de Montoro en la sesión de control del Congreso se produjo en respuesta a una pregunta formulada al hilo del caso football leaks por el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, que le instó rigor al abordar el asunto.
El ministro aprovechó la ocasión para sacar pecho de forma figurada al avanzar que Hacienda cerrará este año cerrará con unos ingresos tributarios de unos 188.000 millones de euros, lo que supondrá la segunda mayor recaudación de la serie histórica por detrás de los 200.000 millones de euros alcanzados en 2007, el último año antes del estallido de la crisis. Montoro destacó que los citados 188.000 millones de euros supondrán un crecimiento del 3,3% respecto a los ingresos tributarios de 2015.
Pero una vez dicho eso, Montoro insistió, según Efe, en que la Agencia Tributaria (AEAT) persigue por igual el fraude fiscal sin importar el perfil del presunto defraudador, aunque reconoció que en el ámbito de la fiscalidad internacional se requiere la ayuda de la UE, ya que España por sí sola no dispone de los medios de vigilancia y control necesarios.
Por su parte, diputados de los grupos políticos insistieron en resaltar que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no había estado muy acertado al manifestar su desagrado ante la falta de rechazo social a conductas relacionas con el fraude fiscal.
Así, el diputado socialista Pedro Saura afirmó que si la conciencia social frente al fraude fiscal ha disminuido es culpa de las políticas del PP que incluyen la amnistía fiscal y la disminución de efectivos en la Agencia Tributaria.