BILBAO - El Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia pidieron ayer a Arcelor Mittal que se comprometa de forma “clara” con la ACB de Sestao. Ambas administraciones se reunieron con la dirección de la acería y coincidieron en su análisis. Más allá del plan puntual para abrir la planta los fines de semana, la multinacional debe diseñar una estrategia para relanzar su actividad y garantizar los puestos de trabajo.

Sin embargo, la dirección de la planta no contempla otra opción que la reapertura parcial y no mira más allá. Su plan “requiere de la colaboración de todas las partes”, subrayaron fuentes de la empresa, y a día de hoy es evidente que cuenta con el rechazo frontal del comité y no genera ningún entusiasmo en las administraciones. La ronda de encuentros a varias bandas celebrada ayer acabó sin avances, lo que en la delicada situación actual supone un paso atrás. En la primera reunión, la del comité de empresa con la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, los representantes de los trabajadores oficializaron su rechazo al plan de los fines de semana. Tapia, por su parte, afirmó que el Gobierno no destinará ayudas a una reapertura que no garantice una producción lo suficientemente importante para que no sea necesario un ajuste de plantilla.

Por la tarde la ACB presentó su propuesta primero a la administración y luego al comité, que insistió en que se busquen otras fórmulas para reactivar la acería, porque las cuentas no salen trabajando “cuatro o seis días al mes” como plantea la empresa. Hay un mundo entre las posturas de empresa y sindicatos. La multinacional propone arrancar con una producción de 12.000 toneladas al mes, mientras que el comité quiere volver al nivel de las 60.000 toneladas que se movían justo antes del cierre de la fábrica. En el primer caso solo es necesario trabajar como mucho cuatro fines de semana al mes y en cambio el planteamiento de los sindicatos permitiría planificar la tarea por meses. Por ello, durante la reunión quedó patente que la ACB se encuentra en estos momentos en un callejón sin salida. De hecho, la presentación del plan social con el que la compañía compensaría el recorte salarial que supone trabajar sólo dos días a la semana enconó más los ánimos.

El presidente del comité, Juan Carlos Díaz, afirmó que el plan social es “una vergüenza”. “No teníamos intención de negociar nada, porque rechazamos la propuesta industrial, pero lo que nos han presentado es lamentable”, añadió.

Tras su reunión con la dirección, tanto la consejera como el diputado general de Bizkaia, Unai Rementería mostraron su disposición a cooperar en la reapertura siempre que se ensanche el horizonte más allá del plan que está sobre la mesa.