BILBAO - “Nuestra visión y anticipación nos ha situado como la primera compañía eléctrica de Europa por valor en Bolsa”, señaló ayer el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que anticipó a los accionistas que la empresa eléctrica vasca espera aumentar el beneficio un 6% anual de media de aquí a 2020, año en el que espera obtener un beneficio neto del orden de los 3.000 millones de euros. Interrogado por varios accionistas sobre en qué basaba sus previsiones, Galán señaló que el 80% del resultado “llegará de los negocios regulados o con contratos largo plazo. Todos muy estables y predecibles”.

El máximo responsable de la compañía eléctrica vasca, Sánchez Galán, anunció ayer en la junta de accionistas -que se celebró en medio de la aprobación mayoritaria de los mismos en el Palacio Euskalduna de Bilbao- que el grupo prevé alcanzar cerca de 10.000 millones de beneficio bruto de explotación (ebitda) hacia el año 2020. Todo ello tras desarrollar un plan de inversiones en los próximos cuatro años de unos 24.000 millones de euros, “de los que el 90% está ya en marcha”.

Los 3.000 millones de euros de beneficio previsto para dentro de cuatro años contrastan positivamente con los 2.422 millones de euros obtenidos en 2015 tras crecer un 4,1%.

Ignacio Sánchez Galán reafirmó su apuesta por las energías renovables y los negocios regulados, estrategia que le ha permitido a Iberdrola ganar posiciones en el mercado eléctrico y “situarnos en una posición privilegiada para afrontar los retos del futuro”.

Según el presidente de la compañía eléctrica vasca, el 70% del beneficio bruto se generará fuera de la zona euro. Sánchez Galán se reafirmó en el objetivo de ir incrementando la retribución a los ahorradores, de ellos más de 75.000 vascos, en línea con el aumento de los resultados.

Entre los puntos del orden del día de la junta estaba aprobar un dividendo total con cargo a 2015 de 0,28 euros por acción, lo que supone un 4% más que el año anterior. Es el primer incremento del dividendo en cuatro años.

Galán aprovechó la junta para solicitar “estabilidad institucional” ya que aunque el mercado mundial ofrece unas magníficas perspectivas de crecimiento para la energía eléctrica pues de la mano de las renovables puede “contribuir a descarbonizar” y reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, se requerirán cuantiosas inversiones de más de 20 billones de dólares en los próximos años y “para atraer esos ingentes capitales serán necesarios marcos legislativos predecibles y estables”.

El máximo dirigente de la eléctrica insistió en dicho tema al recordar que “aunque algunos de los países en los que estamos presentes están inmersos en procesos electorales, confiamos en que el resultado final mantenga la estabilidad institucional imprescindible para aprovechar los positivos momentos económicos y poder realizar las reformas pendientes para que las empresas podamos seguir generando riqueza y empleo en beneficio de la toda la sociedad”. En este sentido, Galán señaló que la contribución fiscal neta de la actividad de Iberdrola en todo el mundo superó en 2015 los 5.500 millones de euros, de los que 3.500 millones se ingresaron en las haciendas del Estado español.

El discurso de Galán fue interrumpido cuatro veces con aplausos por parte de los accionistas. La primera al citar que en los últimos quince años Iberdrola es la compañía eléctrica que más rentabilidad ha ofrecido al accionista, un 240%. La ovación se repitió cuando destacó que en Estados Unidos, Avangrid, la compañía filial de la empresa vasca vale en bolsa 12.000 millones de dólares, “lo que costaba hace algo más de diez años toda Iberdrola”. La salva de aplausos se repitió cuando recordó que “estamos en un buen sector, con enormes expectativas de crecimiento, es difícil encontrar otro con tantas oportunidades, ni tampoco otra empresa tan preparada para aprovecharlas como la nuestra”. La última interrupción se dio cuando recordó que “la retribución al accionista seguirá la línea creciente de los resultados a lo largo de 2016-2020 manteniendo el programa de dividendo flexible”.