bruselas - La Comisión Europea (CE) plantó ayer la semilla de lo que espera que se convierta en un “espacio único de IVA en la Unión” para acotar el fraude transfronterizo, un avance en la integración europea que va también acompañado por más libertad para los países a la hora de establecer tipos reducidos. El Ejecutivo comunitario ha presentado su plan de acción para modernizar el IVA en la Unión Europea (UE), que no incluye ninguna propuesta legislativa pero que sí que pretende iniciar una discusión sobre este impuesto que permita a Bruselas tantear dónde se sitúan las capitales al respecto.
Las cuestiones fiscales pertenecen al dominio de las políticas que los Estados miembros se han asegurado tener prácticamente blindadas contra cambios indeseados desde Bruselas, ya que cualquier iniciativa en este sentido necesita de la unanimidad de los Veintiocho para ser aprobada. Esta es una de las razones por las que las propuestas fiscales europeas suelen naufragar o salir descafeinadas, ya sea por la reticencia de países como Reino Unido a aceptar ninguna pauta de Bruselas que pueda suponer una nueva cesión de soberanía o por la defensa de los intereses nacionales.
Con el “plan de acción” sobre el Impuesto de Valor Añadido (IVA) -cuya aplicación está en manos de las autoridades nacionales en cumplimiento de algunas pautas establecidas a nivel europeo- la CE pretende abonar el terreno a base de discusiones con los Estados miembros antes de presentar propuestas formales, que no se esperan hasta la segunda mitad de año y 2017. La estrategia se asienta en cuatro pilares, entre los que destaca uno que podría seducir a las capitales: la iniciativa para actualizar las “obsoletas” normas por las que hace más de un cuarto de siglo se establecieron la lista de bienes y servicios que podían beneficiarse de tipos de IVA reducidos del 5% o más. También se permitió que algunos países apliquen tasas aún más reducidas, que se negociaron durante su adhesión a la UE.
La Comisión propuso ayer dar una mayor flexibilidad a los países para que puedan decidir a qué productos aplican el IVA reducido. La idea es “eliminar restricciones inútiles y dar a los países una libertad en la elección de los productos que se benefician”, dijo el comisario europeo de Asuntos Económicos y Fiscales, Pierre Moscovici. “Sabemos que los países pueden sentirse constreñidos, porque unas normas europeas antiguas les dicen a qué productos o no pueden aplicar las reducciones”, explicó.
las tasas reducidas El primer pilar del plan de acción reposa sobre el sistema actual, con una lista de bienes y servicios que pueden beneficiarse de tasas reducidas, que sería revisada de manera periódica sobre la base de la opinión de los países. El segundo pilar plantea suprimir esta lista y dar libertad a los países para elegir la aplicación de estas tasas reducidas, con ciertas salvaguardas para evitar la competencia fiscal desleal. En ambos casos, la CE afirma que las tasas nulas y las reducidas que ahora se aplican se podrían mantener.
Otra de los pilares es la lucha contra el fraude, que la Comisión calcula que cuesta cada año a las arcas públicas europeas una media de 50.000 millones de euros, una parte importante de los 170.000 millones que se estima que en total se pierden cada ejercicio por la mala aplicación del IVA. Contra estos problemas, la CE quiere tomar medidas a corto plazo, como mejorar la cooperación entre las administraciones fiscales nacionales, y a largo plazo, la ambición de Bruselas es el tercer pilar de su plan: crear el citado “espacio único” y “definitivo” de IVA para los intercambios interfronterizos.
Finalmente, la CE espera presentar antes de finales de año una proposición legislativa para modernizar y simplificar el IVA al comercio electrónico transfronterizo, que buscará que las publicaciones electrónicas puedan beneficiarse de las mismas tasas reducidas que aquellas en papel. - Efe