Bilbao - Varios miembros del comité europeo de Arcelor Mittal, que respresenta a los más de 80.000 trabajadores de la multinacional en Europa, estuvieron ayer en Bilbao para arropar a los trabajadores de las plantas de Sestao y Zumarraga. Encabezados por el secretario del comité, el francés Didier Zint, los sindicalistas pidieron unidad y apoyo institucional para mantener la actidad de ambas fábricas y explicaron que forzarán la apertura de un proceso de consultas con los principales responsables de Arcelor Mittal a nivel europeo. Este movimiento serviría para obtener información y podría retrasar un tiempo cualquier decisión que tenga que ver con cerrar las plantas, según las centrales sindicales.

La comparecencia de los representantes del comité europeo tuvo lugar en la sede de CCOO en Bilbao, justo después de reunirse con los delegados de Sestao y Zumarraga e instantes antes de hacer lo propio con la dirección de ambas plantas. Entra así en acción la representación de los trabajadores de la multinacional en la Unión Europea, donde Arcelor Mittal cuenta con más de una treintena de plantas. “El plan de Arcelor Mittal no es local, va más allá de Sestao y Zumarraga”, afirmó Zint en referencia a la delicada situación que vive el acero en Europa. El sindicalista francés, que estuvo acompañado de miembros de CCOO, UGT, ELA y de la confederación sindical IndustriAll en el comité europeo, dejó claro su compromiso con las fábricas vascas y aseguró que se presionará a la multinacional “por todos los medios” para que mantenga la actividad y los puestos de trabajo de Sestao y Zumarraga. Zint dejó la puerta abierta a llamar a todos los trabajadores de Mittal a una movilización en Bruselas más adelante, si bien de momento se explotará la vía de la negociación con la solicitud de apertura de un proceso de consultas. Se trata de un mecanismo complementario a las negociaciones que se realicen en Euskadi para obtener más información acerca de los planes reales de la multinacional.

Este proceso de consultas solo puede iniciarse cuando hay afectadas fábricas de distintos estados, aunque en este caso los sindicatos se agarran a la previsión de que la carga de trabajo de Zumarraga se trasladará a diversas plantas francesas. Según los sindicatos, una vez abierto esta ronda de consultas, la empresa no podría cerrar las plantas hasta conocer el veredicto sindical. Al menos se podría ganar tiempo, explicó el comité. Fuentes de Arcelor Mittal explicaron que no hay ningún impedimento para iniciar el ciclo de reuniones con el comité europeo, si bien precisaron que se trata de un proceso paralelo que en ningún caso influye en las decisiones que se tomen a nivel local.

En este sentido, los trabajadores de Zumarraga deciden hoy en asamblea si sus representantes acuden a la reunión convocada para el lunes por la firma en Donostia, después de que esta semana no haya sido posible celebrar el encuentro por discrepancias sobre el lugar en el que celebrar el mismo. Si la plantilla da el visto bueno, se conocerá al fin la propuesta de recolocaciones de Arcelor para los trabajadores de la fábrica guipuzcoana.

Ayer no se conocieron más detalles sobre los planes de Arcelor para las dos fábricas vascas en apuros, ya que la dirección se limitó a escuchar las posiciones de los sindicatos. Las centrales mantienen que Zumarraga y Sestao “tienen futuro” y lamentaron que “no se están aplicando” los planes industriales pactados hace poco tiempo. Además, culparon a la reforma laboral de Rajoy de haber propiciado que sean las plantas del Estado español las primeras del grupo en verse afectadas por la crisis del acero ya que “aquí no hay que dar explicaciones, te cierran la fábrica y ya está”.

Los delegados pidieron el apoyo institucional y remarcaron la necesidad de “olvidarse de la camiseta sindical”. Aun así las diferencias entre los sindicatos sobre cómo encarar la cuestión son evidentes. Ayer ELA repartió su propio nota a la prensa criticando que los cierres de Arcelor han sido “apoyados por los gobiernos neoliberales” y LAB denunció haber sido “excluido” de la reunión entre el comité europeo y la empresa.