Bilbao - El consejero vasco de Empleo, Ángel Toña, se refirió ayer a una de las aristas más abruptas que aun le quedan por limar a la economía vasca en el camino de la recuperación. Mientras el PIB avanza a tasas del 3%, el empleo lo hace a un ritmo más lento y sobre las muletas de la temporalidad y de la jornada parcial. Toña indicó que el crecimiento del PIB no basta por sí solo para generar nuevos puestos de trabajo y recordó que hace falta un sistema económico “potente” basado en las ramas más productivas para que esa actividad se convierta en empleo de calidad.

En su intervención en el foro internacional de empleo juvenil que organiza Novia Salcedo, el consejero reconoció la “escasez” de puestos de trabajo que vive Euskadi en estos momentos a pesar de la mejoría de los principales indicadores macroeconómicos. Esta semana el Eustat ha confirmado un aumento del PIB del 3% interanual en el tercer trimestre, con un avance de la industria incluso por encima de la media, del 3,2%.

Aunque en los últimos meses la evolución de la ocupación ha consolidado los números positivos, el cambio de signo no se produce al mismo nivel que en el caso del PIB. En el último año la CAV ha recuperado algo más de 17.000 afiliados a la Seguridad Social, lo que se traduce en una subida del 1,9%. En el caso de las cifras del INE el avance interanual de la ocupación en Euskadi es incluso inferior, del 1,3%. Además, esta recuperación del mercado laboral convive con algunas sombras como el alto porcentaje de contratos temporales, a tiempo parcial o en prácticas. Toña afirmó ayer que las tasas positivas de actividad económica no siempre se traducen en más empleo y por ello hay que orientar el crecimiento hacia las ramas más productivas, fundamentalmente industriales y vinculadas a las nuevas tecnologías y la innovación, para incrementar la oferta de ocupaciones.

El titular vasco de Empleo explicó que Euskadi necesita políticas públicas sólidas que apuesten por el desarrollo local y por la especialización tecnológica, de forma que se exploten las ventajas de la economía vasca. En este sentido, destacó el “éxito” de la política de clústeres, agrupaciones sectoriales para potenciar la competitividad empresarial, y subrayó la necesidad de impulsar la economía social en un país de gran tradición en este ámbito como es Euskadi.

En el encuentro de ayer participaron también expertos del mundo académico y de los agentes económicos y sociales, que elaboraron una declaración conjunta para potenciar el empleo juvenil que será remitida, entre otras instituciones, al Parlamento Vasco. La denominada Declaración de Bilbao mira al horizonte de 2030 con el objetivo de priorizar el empleo como “eje motivador” del desarrollo económico y reducir la desigualdad de ingresos, tal y como se recoge en el marco estratégico mundial aprobado recientemente por la ONU.

Entre otros compromisos, los agentes que firman la declaración apuestan por impulsar “cambios fundamentales” en la forma de producir y consumir para avanzar hacia un modelo sostenible, así como por promover modelos empresariales de gestión “basados en la participación y los liderazgos éticos”.

empleo y formación La participación y la formación vertebraron el discurso de la mayor parte de los ponentes, entre los que se encontraban representantes de la patronal vasca y de CCOO y UGT. Virginia Múgica, de Confebask, recordó que el protagonismo que tendrá la industria 4.0 exigirá a los nuevos trabajadores una gran cualificación e indicó que dentro de diez años todos deberán tener formación especializada en nuevas tecnologías si no quieren verse “desplazados” del mercado laboral. La portavoz de la patronal recordó que está previsto que la demanda de empleo en ingeniería, ciencias y tecnología siga creciendo con fuerza y valoró los resultados en Euskadi de la formación profesional dual, que está permitiendo que dos de cada tres jóvenes vascos sean contratados por la empresa tras finalizar el ciclo formativo.

La brecha entre el sistema educativo y el laboral, y el hecho de que muchas carreras universitarias no están enfocadas a las demandas de las empresas, centró también algunas intervenciones. Unai Sordo, líder de CCOO-Euskadi, resaltó el papel que pueden jugar los agentes sociales identificando las necesidades de cualificación que existen en cada sector de cara a volcar ahí los diversos planes de formación, tal y como se pretende hacer en la mesa de diálogo social dentro del área de la rehabilitación de edificios.