GASTEIZ - El grupo aeronáutico vasco Aernnova anunció ayer la creación de 145 nuevos empleos en la planta de Illescas (Toledo) a la vez que mantenía la primera reunión en Gasteiz en relación al expediente de regulación de empleo que contempla la destrucción de 133 puestos de trabajo en la factoría de Berantevilla.

Esta aparente contradicción derivada del hecho de que una empresa como Aernnova, en plena fase de crecimiento, en un sector en expansión como es el aeronáutico, y con beneficios, anuncie creación de empleo en Castilla-La Mancha mientras anuncia destrucción de empleo cualificado en Euskadi no es fácilmente entendible por los trabajadores de la compañía vasca en tierras alavesas.

Aernnova firmó ayer un acuerdo con el Gobierno de Castilla La Mancha por el que a cambio de diversas ayudas públicas se compromete a ampliar su planta de composites en Illescas, donde fabricará la puerta de pasajeros del nuevo Airbus A-350, en un proyecto en el que está prevista una inversión de 18 millones de euros y la creación de 145 empleos directos.

La iniciativa de Aernnova en Toledo hay que enmarcarla dentro del acuerdo firmado por el presidente de la empresa vasca, Iñaki López Gandasegui, y el de la comunidad de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, para potenciar el desarrollo de la empresa aeronáutica en la región. El convenio con Aernnova establece el apoyo del Gobierno regional a la empresa para que “obtenga la financiación necesaria que le permita acometer esta inversión”, que se va a desarrollar en las plantas que Aernnova tiene en tierras castellano-manchegas: Aernnova Composites, en Illescas (Toledo); e ICSA, en Toledo.

El Ejecutivo regional se compromete, además, a “colaborar en el desarrollo legislativo y reglamentario, así como en la presentación del proyecto para la consecución de incentivos regionales, y en la formación de perfiles de los nuevos trabajadores”.

López Gandasegui destacó que en la planta de Aernnova de Illescas se fabricará la mitad de las puertas de pasajeros del Airbus A-350, mientras que la otra mitad las producirá Airbus Helicopters, la filial de Airbus con la que ha firmado el contrato para fabricar este elemento del avión.

Este contrato obliga a desarrollar una nueva tecnología basada en la utilización de fibra de carbono lo que conlleva que las personas que se contraten tendrán que hacer cursos de formación específicos, indicó López Gandasegui.

Los trabajadores vascos ven con preocupación está aparente deslocalización de la actividad productiva de Aernnova fuera de Euskadi, algo que parece obvio en el caso de aeroestructuras, pues de las cuatro plantas del grupo: Berantevilla, con 580 trabajadores, Sevilla, México y Brasil, sólo la vasca pierde empleo por una supuesta falta de carga de trabajo cuando la propia Aernnova afirma que el mercado de aeroestructuras crecerá a un ritmo del 4% anual en los próximos años dado que la flota de aviones comerciales mundial se duplicará en los próximos 20 años.

Un dato que confirma la bonanza que atraviesa esta industria es que el sector aeronáutico en Euskadi en 2014 aumentó la facturación un 8,2% y el empleo un 4,4%. Siendo Aernnova Aeroestructuras Álava la única que atraviesa por dificultades. Algo que casa mal con el hecho de que la empresa haya anunciado que espera crecer de los 650 millones de euros anuales de facturación a unos 1.000 millones en 2019.

Los trabajadores vascos de la compañía temen que Aernnova, con el objetivo de salir a Bolsa en 2016, esté intentando maximizar sus beneficios a costa del empleo en Euskadi.

Unas importantes ayudas públicas en Castilla-La Mancha y unos costes laborales que en la región serían más bajos que en Euskadi pues, según el INE, los costes brutos medios en Castilla-La Mancha son, datos de 2014, de 27.995 euros anuales frente a los 36.042 euros en la CAV, podrían estar detrás de la decisión de Aernnova de desarrollar la producción fuera del País Vasco.