MADRID - La economía española sigue flirteando con la deflación pues el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) cercano al 3% no se traduce en subidas de precios pues el consumo sigue contenido y la evolución a la baja de los precios de algunos productos capitales de la cesta de la compra relacionados con la energía como las gasolinas y la electricidad ha vuelto a situar el IPC español en cotas negativas.

Los precios de consumo han caído el -0,9% en septiembre, respecto al mismo mes del año pasado, lo que supone una aceleración de la caída de cinco décimas respecto a la registrada en agosto, algo que responde al citado mayor abaratamiento de la electricidad y los carburantes.

El indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC), que el Instituto Nacional de Estadística (INE) deberá confirmar el próximo 14 de octubre, muestra que los precios llevan ya dos años seguidos por debajo del 1% y que el descenso de septiembre ha sido el mayor registrado en ese mes de los últimos cinco años.

Esta caída ha sido achacada al comportamiento que ha experimentado en el último año el barril de petróleo brent (el de referencia en Europa), cuya cotización se situó a finales del mes de septiembre de 2014 por encima de los 94 dólares, el doble de los 47,9 dólares a los que cerró la sesión de ayer.

Por ello, el secretario de Estado de Economía y Competitividad, Íñigo Fernández de Mesa, señaló que la futura evolución del IPC dependerá del comportamiento de los precios del petróleo en los próximos meses.

No obstante, el representante del Gobierno español descartó que se vaya a hablar de deflación e indicó que el consumo se comporta de forma “muy dinámica” por la “mejora de la renta disponible de las familias y el aumento de la productividad de las empresas”. Con el dato interanual de septiembre, el IPC se mantiene en terreno negativo. - DNA