Gasteiz - Euskadi es la segunda comunidad autónoma menos endeudada por detrás de Madrid, después de que la deuda pública vasca se situara en el segundo trimestre en el 15,1% del PIB, muy lejos del nuevo récord de endeudamiento regional en el Estado. Según informó ayer el Banco de España, la deuda pública de las comunidades autónomas subió el 4,05% en el segundo trimestre del año y se situó en el 23,2% del PIB, siete décimas por encima del registro del primer trimestre y casi el doble que al inicio de la legislatura.

Esa es la herencia que se han encontrado los nuevos gobiernos formados tras las elecciones de mayo. Valencia y Castilla-La Mancha son las que presentan el agujero más grande, con deudas que representan casi el 40% de su PIB y el déficit fuera de todo control. Sus actuales presidentes, ambos socialistas, ya han advertido que no podrán cumplir este año con el programa de consolidación fiscal.

En cuanto a la deuda del conjunto de las administraciones públicas, sumó entre abril y junio 1,05 billones de euros, y se situó en el 97,7% del PIB, un punto por debajo del objetivo del curso. La factura sigue creciendo, pero el crecimiento de la economía permitió que el porcentaje sobre el PIB bajara del 98% por primera vez en el año.

Desde que Mariano Rajoy llegó a La Moncloa, la deuda pública española ha crecido en 315.400 millones, hasta desbordar la barrera del billón de euros. A pesar de la contundencia de las cifras, el Gobierno español estima que cumplirá el objetivo de deuda pública marcado para este año en el 98,7% del PIB y tampoco ve en riesgo el calendario de los próximos años. El planteamiento es bajar hasta el 98,5% del PIB en 2016 y hasta el 96,5% del PIB, en 2017. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, declaró ayer que es “fundamental” reducir la deuda para garantizar el crecimiento de la economía y la creación de empleo “siempre que se hagan las políticas presupuestarias que se están haciendo”. Un mensaje que entra dentro del ámbito electoral, de la defensa de la gestión del PP durante la legislatura y del “riesgo” que puede suponer dejar en manos de otros partidos el Gobierno del Estado. Algo que ya ha ocurrido en el ámbito regional tras la debacle de los populares en los comicios locales y autonómicos.

Sin embargo, de forma implícita, la estadística del Banco de España señala a los barones regionales del PP, ya que en el segundo trimestre del año, cuando todavía controlaban casi todo el mapa autonómico, solo aumentó la proporción de deuda respecto al PIB de las comunidades autónomas, mientras que bajó en la Administración Central, del 74,1% del PIB al 72,9%, y, en las corporaciones locales, se mantuvo estable con un ligero retroceso del 3,6% al 3,5%, entre abril y junio. - DNA