No resulta sencillo elaborar el perfil de un hombre tan poco dado a los focos. Quienes conocen a Roberto Larrañaga Oyanguren, nuevo presidente de Confebask, destacan de él que es un hombre al que no le gusta exponer sus ideas en público, de los que prefieren que los actos hablen por él. Tímido ante los medios, su exposición se multiplicará exponencialmente después de que ayer fuera proclamado oficialmente presidente de Confebask.

Parco en palabras, Roberto Larrañaga, pese a la polémica suscitada por el modo en el que SEA hizo pública su propuesta -filtrada antes a un medio de comunicación que a Adegi y Cebek-, tiene un perfil bajo que no agrada del todo a las tres patronales territoriales. Esa querencia por los hechos antes que las palabras, pero sobre todo su experiencia en varias asociaciones empresariales, son sus grandes avales.

Además, quienes mejor lo conocen ponen en valor otra gran cualidad: destacan que es un hombre dialogante, dado a la búsqueda de acuerdos, con talante negociador. Al frente de la patronal vasca, Larrañaga, un guipuzcoano de origen que como otros muchos acabó desarrollando su labor emprendedora en tierras alavesas, tiene mucho trabajo por hacer.

Empresario Larrañaga, a diferencia de su antecesor Lujua que era un ejecutivo de Mutualia, es el máximo responsable de la empresa de construcción Zikotz, nacida como Pavimentos Zikotz en 1984, una firma con unas cincuenta personas en plantilla, que en los últimos tiempos ha participado, entre otros, en proyectos tan significativos como la fachada verde del Palacio Europa en Vitoria, el primer local de Mercadona o la reforma del Pabellón Buesa Arena, donde juega sus partidos de baloncesto, deporte del que es aficionado, el Baskonia. Casado y padre de dos hijos, Larrañaga afronta retos notables.

Con el diálogo social bloqueado y las posturas tan distantes entre los sindicatos vascos, y entre estos y las patronales, e incluso entre estas mismas, la tarea para aunar voluntades en ese campo no será poca ni fácil para el nuevo máximo representante de los empresarios vascos. Muy probablemente tendrá que echar mano de su experiencia, considerada como otra de sus virtudes por quienes le han aupado a la presidencia de Confebask. Larrañaga siempre “ha estado muy comprometido” con las asociaciones empresariales, según SEA.

En la búsqueda del candidato ideal, y aunque se barajaron otros nombres inicialmente, el elegido resultó finalmente Roberto Larrañaga, un hombre de la casa y corredor de fondo. Forma parte de la junta directiva de SEA y es el presidente de la Comisión de Seguridad y Salud Laboral tanto en la patronal alavesa como en Confebask. No solo eso. El nuevo máximo responsable de la patronal vasca también es uno de los siete representantes de SEA en el Comité Ejecutivo de Confebask desde hace doce años; y es miembro del Comité Ejecutivo y del Pleno de la Cámara de Comercio de Álava desde 2006. Además, entre junio de 2002 y octubre de 2010 fue presidente de la Unión de Empresarios de la Construcción en Álava, Uneca. Por todo ello conoce a fondo los entresijos de las patronales. Es un fontanero experto en desatascar embotellamientos. Conocimientos del entramado de las patronales no le faltarán de cara a su nueva andadura, aunque empresarios que comparten presencia en los órganos de Confebask no recuerdan haberle oído expresar opinión alguna en las reuniones a las que acude, más de oyente que de otra cosa.

SEA usó estas palabras para definirlo: “Es un hombre de hacer más que de decir. Le gusta el consenso y apuesta por los acuerdos sin maximalismos”. La patronal guipuzcoana, Adegi, se apresuró a afirmar que el candidato es una persona que “conoce” la patronal vasca, motivo por el que decidió apoyarle.

El PSE aseguró por su parte que el perfil empresarial de Larrañaga le avala como candidato, así como su talante negociador, “que reconocen tanto los empresarios como los representantes sindicales”. Larrañaga, vinculado a la construcción, tendrá que trabajar mucho para construir puentes entre las tres organizaciones empresariales vascas y entre estas y las diferentes organizaciones sindicales del País Vasco.