BILBAO - La industria del sector del Metal de Bizkaia empieza a ver algo de luz en el túnel de la crisis y está creciendo a tasas del 1,5% tras cerrar el pasado año con un aumento del 1,7% en su actividad. Con ello, logró poner fin a dos años muy negativos, 2012 y 2013, con descensos de la actividad industrial del -4,7% y -4,3%, respectivamente, según señalaron ayer los máximos responsables de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM). Con todo, el sector perdió 900 empleos en el último ejercicio porque “la recuperación es muy frágil”, señaló, José Luis López Gil, presidente de la FVEM.

La industria del metal de Bizkaia sigue siendo el sector más importante del territorio, con más de 45.000 personas empleadas de forma directa en las más de dos mil empresas existentes.

Coincidiendo con la celebración de la asamblea anual de la organización, los dirigentes de la FVEM hicieron balance de la situación del sector y recordaron que la tasa de recuperación es inferior al crecimiento de la economía en general.

Es por ello que la mejoría de la actividad industrial no se ha traducido en generación de empleo aunque la organización empresarial mantiene sus esperanzas de que la recuperación se consolide al alza de forma que finalice 2015 con unos 500 empleos más.

Aunque López Gil reconoció que el pasado año “ha supuesto un cambio hacia magnitudes positivas”, tanto en el sector del metal como en el de la economía en general, “se trata de una recuperación muy frágil” reiteró. Para el presidente de la FVEM, “la estela de empresas cerradas y empleo destruido será difícil de recuperar”.

José Luis López Gil resaltó el parecer de los empresarios del metal respecto a las medidas a adoptar para consolidar la mejora de la economía. En su opinión, la primera gran reforma pendiente es “el cambio del modelo de crecimiento económico”. Para ello, según el presidente de la patronal del metal de Bizkaia, “es necesario colocar a la industria como elemento central”, algo en lo que coincide plenamente con las tesis que defiende el lehendakari Iñigo Urkullu al frente del Gobierno Vasco.

Para lograrlo, el presidente de la FVEM defiende el potenciar sectores que incorporan más tecnología y más formación.

El dirigente empresarial vizcaíno abogó por “mejorar las relaciones laborales, aumentar la flexibilidad y la movilidad, evitar la descoordinación entre las distintas administraciones y la sobreregulación”.

Un aspecto en el que hizo incidencia es en la necesidad para todo la industria vasca así como una gran reforma energética que acabe con las incertidumbres en el suministro y permita reducir el coste pues no hay que olvidar que la industria supone más del 40% del consumo energético vasco.

López Gil defendió la flexibilidad que aporta la reforma laboral y aboga por mantener incrementos salariales moderados. Fue muy crítico con la reforma del modelo de formación continua de Madrid y expresó su temor a que la cuota del 0,7% de la base de cotización de los trabajadores se destine a fines distintos.