donostia - El presidente del Grupo CNA, adjudicatario de los activos de Fagor Electrodomésticos, Jorge Parladé, ha anunciado la intención de salir a Bolsa en un plazo de cuatro años cuando las ventas agregadas del fabricante vasco de electrodomésticos y las de la empresa Cata alcancen los 600 millones de euros.

En ese período de tiempo, una vez integrados los activos de la excooperativa vasca, los planes del Grupo CNA, a través de sus marcas Fagor y Cata, es situarse entre los cuatro o cinco primeros fabricantes de electrodomésticos de Europa y entre los siete a nivel mundial.

Una vez que Fagor CNA Group haya alcanzado la velocidad de crucero que tiene Cata, las intenciones de Jorge Parladé no solo se centran en cotizar en Bolsa, sino entrar en nuevas gamas de producto y abrir plantas productivas en Europa y en otros continentes.

“Debemos acercar la producción a los mercados, como ocurre en el sector del automóvil, para ganar eficiencia en logística y evitar riesgos de cambio”, ha asegurado el presidente del Grupo CNA en unas declaraciones al diario La Vanguardia.

Sobre sus intenciones en Fagor, Parladé señala que el objetivo del grupo es centrar la producción en dos o tres plantas y alcanzar un empleo directo de 705 personas y 800 indirectos en un plazo de tres años. En ese tiempo prevé alcanzar una facturación entre 350 y 400 millones de euros y unas inversiones de 15 millones con el objetivo de posicionarse en Europa.

Tanto Fagor como Cata mantendrán cada una su identidad y su posicionamiento en el mercado. En lo que se refiere a Cata, que fabrica hornos, placas de cocina y campanas de extracción cerró el año pasado con una facturación de 166 millones de euros, de los que solo el 30% tuvieron su origen en el Estado. La empresa con sede en la localidad barcelonesa de Torelló, donde cuenta con una planta que da trabajo a 140 personas, cuenta con la participación en tres compañías en China y otra en Brasil. En conjunto emplea a 2.000 personas.

En Euskadi, Fagor CNA Group, va a concentrar la línea de confort en la planta de Garagartza. - C. Etxeberri