Bilbao - “Cabreado” y “engañado”. Mario Fernández, expresidente de Kutxabank, aprovechó ayer la presencia de los medios que cubrían su comparencia ante la jueza titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Bilbao -Ana Isabel Álvarez Fernández- por el caso Cabieces para dejar clara su postura y destacar su enojo. En una alocución breve pero intensa, el dirigente acusó a su sucesor al frente del banco de las cajas, Goyo Villalabeitia, de ser la persona que le engañó.

“Me siento sencillamente engañado y yo no acostumbro a dejar heridos”, fueron las palabras que el expresidente, siempre claro, utilizó ayer. Interpelado por los periodistas, Fernández añadió que “lógicamente, el que me engañó es el que hablando conmigo me lo ocultó y fue, con toda certeza, el presidente actual de Kutxabank. No he hablado con nadie más de este tema, de manera que es él”. Directo, como acostumbra.

Desde la entidad creada tras la fusión de BBK, Kutxa y Vital rehusaron más tarde hacer ningún tipo de manifestación al respecto. Hoy Villalabeitia tiene en su agenda participar en un acto público de la federación de Entidades de Previsión Social Voluntaria de Euskadi, pero tampoco está previsto que el actual presidente conteste a su antecesor o realice afirmaciones sobre el asunto, según fuentes de Kutxabank.

Mario Fernández sí que dejó patente su enfado ayer. Tras más de una hora declarando ante la magistrada, a la salida, y al margen de las explicaciones propias del caso que también argumentó brevemente ante los micrófonos y grabadoras, el dirigente describió su estado de ánimo. “Si en la ocasión anterior -al declarar ante la Fiscalía en febrero- les dije que tenía un cabreo king size -tamaño gigante-, en esta ocasión además de cabreado me siento engañado, y no lo voy a olvidar”, trazó. “Yo no lo voy a olvidar”, repitió.

Fernández ahondó en el “engaño” que dijo haber sufrido y aludió para ello al encuentro que tuvo con su sucesor, Villalabeitia, el pasado 12 de enero en el que el entonces nuevo presidente le contó que fue informado sobre los abonos que recibió Cabieces. Tras esa reunión, Fernández decidió reponer de su bolsillo los 243.592 euros que presuntamente habían causado “una determinada actuación irregular” -tal y como la calificó el propio banco cuando hizo público el asunto-. “En esa cita no se me dijo que se había encargado ya un informe de auditoría interna; segundo, que el asunto había pasado por el comité de auditoría; y tercero, que había pasado por el consejo. Me siento sencillamente engañado, y el que me engañó es el que, hablando conmigo, me lo ocultó, el presidente actual de Kutxabank”, perseveró ayer el que también fuera vicelehendakari de la mano de Garaikoetxea.

El pasado seis de febrero, día en el que tanto Cabieces como Fernández declararon ante la fiscal Carmen Adán del Río durante las diligencias de investigación, Mario Fernández ya dejó entrever su enfado con su sucesor. “¿Qué habrían hecho si bajo pretexto de eliminar un posible problema a Kutxabank les piden que abonen un dinero para compensar un supuesto perjuicio? (...) ¿Qué pensarían si posteriormente lo utilizan como supuesta prueba en su contra? Considero que algunos han olvidado los principios de rectitud y compromiso en algún trayecto de su vida”, dejó escrito entonces en un comunicado que hizo llegar a los medios para aclarar su posición sobre el escándalo que entonces acababa de explotar: la presunta contratación indirecta por la que el exdelegado del Gobierno en Euskadi, el socialista Mikel Cabieces, cobró dinero de Kutxabank a través del bufete Alcorta & Asociados sin que hubiera, supuestamente, contraprestación laboral alguna.

Ayer, Mario Fernández volvió a dejar en evidencia su enojo hacia Villalabeitia. Preguntado por si cree que existe una “caza de brujas” contra él, contestó con cierta ironía: “si se ve una cosa que tiene la figura de un caballo, anda como un caballo, incluidas sus cuatro patas hay razones bastantes para pensar que es un caballo, ¿no?”.

Más allá de esa actitud hacia su sucesor, Fernández se refirió también al motivo por el que la jueza ha decidido abrir diligencias e imputar a Cabieces, al abogado Rafael Alcorta y al propio Fernández. Fue el único de los tres que se paró ante los medios e hizo declaraciones.

El expresidente de Kutxabank declaró que el banco “no ha pagado ni un solo euro al señor Cabieces”, sino que éste “formaba parte, como colaborador externo, del despacho del señor Rafael Alcorta”, que es con quien el banco de las cajas “tenía relación”. “El señor Alcorta ha cobrado las minutas correspondientes a Kutxabank y, en consecuencia, la afirmación de la que se parte de que se han pagado cantidades por servicios no prestados es absolutamente falsa”, aseveró.

El antiguo banquero explicó que su intervención en el asunto de la contratación de Cabieces se limita a dos momentos: el momento “cero”, a principios del 2012, cuando le pidieron buscar acomodo laboral a Cabieces, y “en octubre o noviembre de 2014” cuando “la gente que depende de mí me propone que se concluya esa relación”. Según Fernández, “en el intermedio no he tenido conocimiento de nada. Ese es un tema de la dirección de recursos humanos -de Kutxabank-. A mí no me contaron nada”.

Precisamente, mañana continuarán las diligencias judiciales de este caso y será el turno de declarar de los testigos: el director de Recursos Humanos de Kutxabank, Fernando López de Eguilaz, y el director de Servicios de Auditoría Interna de la entidad financiera, Roberto Moll, encargado de supervisar el informe interno que sirvió como base de la denuncia.

PLATAFORMA Miembros de la Plataforma contra la privatización de Kutxabank, concentrados ayer en Bilbao con motivo de la declaración ante la juez del expresidente de la entidad financiera Mario Fernández y el exdelegado del Gobierno español en el País Vasco Mikel Cabieces, exigieronla “devolución” de “las acciones” del banco a las cajas de ahorros para evitar casos como éste.

Además, exigieron a los representantes de los partidos políticos un “compromiso” que impida que Kutxabank “entre al casino financiero mundial para avanzar en la vía especulativa”.