Madrid - La intervención de Banco Madrid, filial en España de Banca Privada d’Andorra (BPA), que ha dejado en el aire los ahorros e inversiones de unos 15.000 clientes, supone una prueba de fuego para la recién estrenada unión bancaria, que liquida su primera entidad tras su entrada en vigor en noviembre de 2014.

Por tamaño, Banco Madrid no entra en la supervisión directa del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), sino que permanece bajo el paraguas directo del Banco de España, al igual que otras 3.500 entidades financieras en Europa y 81 en España.

Aunque por activos el peso de este banco en la economía española es pequeño, lo cierto es que puede presumir de ser el primero intervenido de forma tan directa por parte de las autoridades, pese a que se han dado otros casos de blanqueo que han provocado multas millonarias.

Y precisamente en su tamaño radica la clave de un proceso que desde el principio estaba abocado a la liquidación de la entidad, al contrario de lo ocurrido en otros casos muy sonados como Bankia en España o Espirito Santo en Portugal, ambos ocurridos antes de la entrada en vigor de la unión bancaria.

En este sentido, Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, recuerda que ambos recibieron fondos públicos puesto que había millones de clientes que les habían depositado su confianza; su desaparición hubiera implicado un riesgo de contagio al conjunto del sistema bancario.

Pero en esta ocasión, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha decidido que no procede rescatar a la entidad, que será liquidada por la vía concursal y sus clientes recibirán un máximo de 100.000 euros por cuenta, lo que no quiere decir que no puedan recuperar una cantidad mayor finalizado el proceso.

De ‘índole menor’ Por el contrario, con unos 15.000 clientes de depósitos y aproximadamente el doble en fondos, y gestionando unos 6.000 millones de euros en activos, el peso de Banco Madrid en el computo global de la economía española es de “índole menor”, explica Álvaro García-Capelo, analista de XTB.

Superado lo peor de la crisis, indica García-Capelo, el FROB parece haber considerado el riesgo sistémico y tras analizarlo ha considerado “poco probable un efecto contagio o un empeoramiento de la reputación de la banca española en su conjunto”.

La brusca salida de capitales -sólo la semana pasada salieron más de 200 millones de euros, según los cálculos del Institut Nacional Andorrà de Finances (INAF), el regulador financiero del Principado-, y el peligro de no poder hacer frente a las peticiones de los acreedores es lo que ha motivado la liquidación de la entidad, añade el analista.

Asimismo, hay que tener en cuenta “que el origen de parte de los fondos de los partícipes puedan venir de actividades ilícitas”, como parece indicar la investigación iniciada por el Sepblac, el servicio de inteligencia financiera española dependiente del Ministerio de Economía.

Poco después de que el Sepblac concluyera sus investigaciones, el INAF intervenía BPA tras conocerse que el Gobierno de EEUU entendía que presuntamente canalizaba fondos del crimen organizado.

Posteriormente, el Banco de España hizo lo propio con Banco Madrid.El rescate de Banco Madrid no ha llegado a ser siquiera una posibilidad, señala García-Capelo, pues “tras varios rescates bancarios y escándalos políticos no parece ser de recibo continuar con una política de rescates a costa de las arcas públicas”.

Por lo que respecta a las repercusiones en la imagen de España, Felipe López-Gálvez reconoce que “este asunto no da buena imagen de cara al exterior, pero al ser un caso tan puntual y de un banco tan pequeño, la repercusión en los medios internacionales ha sido mínima. - Efe