BILBAO - El Gobierno Vasco demostró el año pasado su capacidad para tener bajo control la deuda pública, un lastre que trae de cabeza fuera de Euskadi a casi todas las administraciones. La Comunidad Autónoma Vasca no solo fue junto a Madrid la única que aprobó esta complicada asignatura, además logró corregir en el segundo semestre el tradicional dinamismo de los primeros meses. Por primera vez desde el estallido de la crisis, el saldo final de deuda del ejercicio fue en 2014 menor que el dato del primer trimestre. Un hito que se intuye como un cambio de tendencia y un síntoma de la recuperación económica. Los ingresos crecen y eso da margen para aligerar la carga financiera.

A 31 de diciembre, la deuda pública vasca ascendía a 8.915 millones de euros, un 13,9% de su PIB, justo el objetivo marcado. Solo la Comunidad madrileña sacó mejor nota (12,5%), si bien el comportamiento de Euskadi fue mejor en el balance anual y logró reducir en dos décimas la ventaja.

A partir de ahí, todo fueron suspensos. Algunos con estrépito, como el de Valencia, que ya debe el 37,9% de su PIB, o el de Castilla-La Mancha, que se ha disparado hasta el 33,5%. Tras ellos, Catalunya superó el 32%. Esos tres ejecutivos deben 114.700 millones, casi la mitad de toda la deuda autonómica (236.747 millones). Con ese volumen de deuda fuera de control es muy complicado cumplir los objetivos globales marcados para las autonomías y el endeudamiento conjunto de los ejecutivos regionales subió un 12,8% el año pasado.

un agujero de un billón de euros Si a eso se suma que el Gobierno español está entregado a las emisiones de deuda por el buen momento del mercado, las administraciones públicas del Estado ya deben la cifra récord de 1,033 billones de euros a sus acreedores, el 97,7% del PIB, de la riqueza del país. Lo que significa que la deuda pública española se ha triplicado durante la crisis.

En medio de esos números mareantes, Euskadi solo representa un 0,86% del agujero de deuda total y el 3,8% del endeudamiento regional. Pese a sus buenos resultados, el Departamento de Hacienda y Finanzas del Gobierno Vasco no quiso valorar el dato y se limitó a mostrar su disposición a seguir trabajando en la misma línea que hasta ahora.

La mejora del clima económico y el consiguiente repunte de la recaudación permitirá a la Administración vasca reducir a partir de ahora gradualmente la carga financiera en los Presupuestos. A falta de conocer los datos finales de Ejecución presupuestaria de 2014, el Gobierno Vasco se endeudó el año pasado por cerca de 1.150 millones, casi la mitad que el récord marcado en 2010 por el Ejecutivo de Patxi López y en torno a 200 millones menos de lo previsto. El límite de este ejercicio está en 1.291 millones de euros, pero todo apunta a que tampoco se agotará todo el margen y será posible darle otro mordisco a la tarta de la deuda viva de cara a reducir el lastre en las Cuentas Públicas futuras.

La base es inmejorable para seguir cumpliendo con los objetivos marcados. Para este año, el límite de deuda se ha fijado en el 14,2% y, para el próximo, una décima menos. En 2017 el esfuerzo será más intenso, hasta el 13,5%. De forma paralela habrá que reducir el déficit para situarlo en el 0% en ese horizonte del año 2017. El camino también está bien asfaltado en ese sentido, ya que la CAV está entre las cumplidoras y, previsiblemente, cerrará 2014 por debajo del 1% fijado. Los deberes impuestos desde la Unión Europea exigen situar el déficit en el 0,7% este año y en el 0,3%, el próximo.

Bajando al detalle, la deuda de las diputaciones de la CAV bajó ligeramante de 3.261 a 3.232 millones de euros, una cifra que también está por debajo de los 3.263 millones de 2012 y que denota una estabilización de los recursos financieros de las administraciones forales.

A pesar de haber incumplido el objetivo, Nafarroa logró evitar cuando menos que su deuda creciera al ritmo errático de los peores de la clase. La Comunidad Foral debe 3.197 millones, un 17,9% de su PIB, solo dos décimas que en 2013.

Con los ayuntamientos de las capitales vascas con deudas casi testimoniales, los grandes municipios españoles suman 9.616 millones de deuda, superando en 700 millones el endeudamiento del Gobierno Vasco. Madrid se lleva la parte del león con casi 6.000 millones, mientras que Barcelona roza los mil millones. Salvo Sevilla, todos los ayuntamientos de más de 500.000 habitantes lograron bajar en mayor o menor medida su deuda. La más aplicada fue la capital del Estado con un notable recorte del 15,6%.

8.915

millones de euros es la deuda del Gobierno Vasco a 31 de diciembre. Supone el 13,9% del PIB vasco y se sitúa justo en el límite establecido. Son 635 millones más que el saldo de cierre de 2013, pero por primera vez en la crisis la CAV ha conseguido reducir su volumen de deuda en el tramo final del año. El incremento de la recaudación ha permitido al Ejecutivo bajar la intensidad de las operaciones de endeudamiento, que tradicionalmente se concentran en los primeros meses.

España supera el billón de deuda. La deuda conjunta de las administraciones del Estado superó el año pasado por primera vez en la historia el billón de euros. Era un récord esperado, pero es el reflejo de la falta de recursos financieros del sector público español. Euskadi no llega al 1% de esa deuda.