BILBAO - Las pensiones en el Estado español acabarán siendo la mitad del último salario percibido como trabajador en activo, no el 80% como en la actualidad, según el director de Pensiones del BBVA, David Carrasco. En opinión del experto, en el futuro España seguirá la línea de los países de la OCDE y progresivamente va a ser “menos generosa” en cuanto a las pensiones públicas, por lo que se prevé que se pagarán pensiones del orden del 50% del salario, en lugar del 80% del salario del último mes de trabajo previo a la jubilación. Todo ello, siempre y cuando se cumplan todos los requisitos en cuanto a años de cotización, ejercicios de cómputo y demás para poder acceder a la pensión correspondiente en su cuantía máxima en función de lo cotizado. En la actualidad la pensión media de jubilación en Euskadi oscila entre los 1.143 euros mensuales en la Nafarroa y los 1.253 euros en la CAV. Ello supondría, en caso de cumplirse las previsiones del ejecutivo del BBVA que una pensión tipo se quedaría en unos 700 euros mensuales.

Carrasco reconoció que el País Vasco tiene unas de las mejores prestaciones de pensiones del Estado, con una cuantía media del orden de los 19.000 euros anuales, y que cuenta con un sistema de previsión complementario, el de EPSV, con mayor implantación que el de los fondos de pensiones en el resto del Estado.

La duda que se plantea deriva de que en la actualidad la relación de afiliados-pensionistas en la CAV es de 1,75 personas por jubilado, “dato importante ya que no se alcanza el ratio medio de al menos dos trabajadores por pensionista que se considera necesario para poder pagar las pensiones”.

En el transcurso de una jornada organizada en Bilbao por APD Norte, con la colaboración del BBVA y Oinarri, David Carrasco pasó revista a la situación del sistema público de pensiones en el Estado español a la vista del progresivo envejecimiento de la población, “cada año que pasa la esperanza de vida aumenta un mes”, la evolución a la baja de la natalidad, el empleo y los salarios.

El experto del BBVA mostró una realidad distinta de la que expone el Gobierno español cuando se refiere a la evolución del sistema público de pensiones y abogó por el derecho de los ciudadanos a disponer de la información precisa para poder planificar su jubilación. En este sentido resaltó el alto grado de desconocimiento que tienen los vascos sobre sus futuras pensiones pues “cinco de cada diez ignora cual será su pensión”.

Carrasco adelantó las consecuencias de las principales reformas realizadas en el Estado para asegurar la viabilidad del sistema y señaló que todas tienen el objetivo de evitar que el gasto en pensiones se dispare en el futuro de ahí el retraso en la edad de jubilación, el desligamiento de las pensiones con el IPC, el aumento del periodo de cálculo de la jubilación y la introducción del factor de sostenibilidad.

El máximo responsable del área de Pensiones en el banco vasco indicó que “hay que trabajar más para compensar las pensiones. Nos vamos a jubilar más tarde, edad que se va a ir retrasando según se viva más años, por lo que los 67 años puede ir aumentando. Y, además, la pensión será más baja”.

Este hecho, según Carrasco, lleva a la necesidad de ahorrar de manera particular y a nivel de empresa. En el Estado español, “el ahorro privado de cara a las pensiones representa el 14% del PIB frente a la media europea que se sitúa en el 37%”.