MADRID. El pasado año, la compañía facturó 30.032,3 millones de euros, un 3,4 % menos, en un periodo en el que la mejora macroeconómica "no se concreta todavía en una mayor demanda de electricidad y gas en la eurozona".
Mientras tanto, el resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en 6.965 millones de euros, un 3,1 % más, gracias a la aportación de los mercados de Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y México, que permitieron compensar la caída en España (7,4 %).
Esta caída del ebitda en España obedece, según la compañía, al impacto de las medidas regulatorias, que afectan principalmente a las renovables, y al menor importe de los resultados no recurrentes en comparación con el año anterior.
Por negocios, la división de redes mejoró su ebitda en un 5,6 %, hasta los 3.534,8 millones, gracias a la contribución positiva de todos los países, menos España, donde se vio afectada por los cambios normativos, un descenso, que según la eléctrica, fue parcialmente compensado por los planes de eficiencia puestos en marcha.
El resultado bruto de explotación del área de generación y clientes se incrementó en un 15,4 %, hasta 2.292 millones, gracias a un mejor comportamiento operativo y un descenso de la carga fiscal.
En España, el aumento de la producción permitió compensar "los precios más bajos" del mercado; en el Reino Unido, las centrales registraron un mejor comportamiento, y en México, el ebitda estuvo impulsado por los nuevos contratos y las mayores ventas.
En cambio, el ebitda de la división de renovables se situó en 1.326 millones, un 11,7 % menos, lastrada por el comportamiento de España, donde la reforma energética tuvo un impacto de 339 millones de euros y se registraron menores precios.
Las renovables en otros países mejoraron su ebitda gracias a la puesta en marcha de nueva capacidad y a mejores índices de producción.
A lo largo de 2014, Iberdrola realizó unas inversiones brutas de 3.376 millones de euros, dedicadas en un 90 % a los negocios regulados.
Iberdrola generó 138.891 gigavatios hora (GWh) el pasado año, un 1,8 % más, tras registrar incrementos en España (5,1 %, gracias a la mayor producción hidráulica) y Latinoamérica (3,3 %), mientras que cayó en el Reino Unido (5,1 %) y Estados Unidos (2,4 %).
Al cierre del pasado año, la deuda neta de la compañía se situaba en 25.344 millones -una vez ajustada al dividendo-, casi 1.500 millones menos que un año antes y en línea con el objetivo de 25.000 millones establecido en sus perspectivas 2014-2016, y la liquidez alcanzaba los 9.106 millones de euros, suficientes para cubrir las necesidades de tesorería de más de treinta meses.