el plantel de vehículos laborales de Ford va a cambiar radicalmente en los próximos meses. La marca global ha decidido lanzarse a por todas en este convulso mercado. Su ambicioso plan de desarrollo, que persigue alcanzar el liderato del sector lo antes posible, pasa por seducir y convencer a la clientela con un repertorio innovador. Bajo la denominación genérica de Transit aglutina una familia de tres productos consecutivos. Comienza proponiendo estos días los hermanos Custom y Connect , enfoques civil y fabril respectivamente de un proyecto de envergadura media; en marzo pisará la calle la nueva generación de la Transit superior, la de dos toneladas, y un mes después debutará la interpretación ligera Courier.

Los tres candidatos, que despliegan sus respectivos catálogos de variantes formales y mecánicas, ocupan el grueso del mercado industrial. Para cubrir los flancos, perviven en cartera creaciones más especializadas, como la variante comercial Van del Fiesta o el todoterreno pick up Ranger.

Los nuevos Custom y Connect se lanzan de manera oficial en noviembre aunque llevan siendo presentados a la clientela potencial desde antes de verano. Se dirigen al segmento medio del sector laboral. Es un estrato decisivo en el que el fabricante reconoce en documentos internos haber perdido la iniciativa al verse superado por la competencia, que en los últimos tiempos viene ofertando modelos más modernos, sugestivos y eficientes. El nuevo dúo va a cambiar sustancialmente ese panorama esgrimiendo una imagen y unas cuentas mucho más atrayentes.

Plantean dos lecturas bien distintas pero complementarias de un proyecto semejante. La primera representa la combinación perfecta del diseño y bienestar propios de las berlinas con la capacidad y el aforo que propician las dimensiones de una furgoneta.

Está disponible en dos medidas de batalla y tres hechuras (furgón, kombi de pasajeros y mixta con doble cabina) que procuran hasta 6,8 m3 útiles. Acabados y dotaciones pueden rivalizar con los de cualquier turismo de la casa. Una versión optimizada del motor TDCi 2.2, disponible en facturas de 100, 125 y 155 CV equipadas con Start&Stop, propicia los mejores registros de consumo y emisiones de la categoría. Establece cifras de 6,6 litros a los cien y 174 g/km de dióxido de carbono, que marcan un récord de 6 l. y 159 g/km en la versión Econetic.

La Connect es la vertiente más industrial del programa. Plantea un elenco con formatos de batalla corta y larga (2,62 y 3,06 metros), además de carrocerías tipo Van cerradas, kombi acristaladas con siete asientos y compuestas; ofrecen volúmenes de 2,18 a 4,4 m3 y carga útil entre 605 y 1.000 kg. Brinda, asimismo, un variado listado de posibilidades motrices. Lo integran unidades de gasolina EcoBoost 1.0 y 1.6, con 100 y 150 caballos respectivamente, y gasóleos 1.6 de 75, 95 y 115.

El menor de estos diésel puede parecer justito de potencia, pero proporciona 220 Nm, un par muy superior al que procuran los motores empleados por sus rivales directos. Ese valor de par motor contribuye a garantizar la elasticidad y la austeridad en sus reacciones, además de a minimizar los costes de utilización. En consecuencia, el TDCi de 75 CV permite ahorrar hasta mil euros en cien mil kilómetros en relación a algún competidor. El Ford Transit Connect abre su tarifa entre 14.000 y 19.000 euros antes de impuestos; las variantes de eslora prolongada cuestan 1.200 euros más.