BILBAO - La raíz industrial de la economía vasca permitirá a Euskadi avanzar hacia un crecimiento más sostenible y mejorar notablemente la situación de los ciudadanos. Sin llegar, eso sí, a los niveles que desataron la burbuja.

¿Quiénes fueron los culpables de la burbuja inmobiliaria?

-Todos éramos responsables de la burbuja inmobiliaria. Todos pensábamos que nuestro piso era mejor que el del vecino y, si nuestro vecino lo había vendido en 10, nosotros podíamos venderlo por 10 y medio. Fue una espiral en donde todo el mundo participó. El comprador y el vendedor porque a todos les gustaba hacer negocio, el empresario inmobiliario porque estaba deseoso de ganar dinero, el banco porque estaba encantado con recibir un nuevo cliente y dar un préstamo que le iban a pagar con seguridad y con el crecimiento que había en la tasación... Entre todos la mataron y ella sola se murió. Explotó la burbuja.

¿Ve riesgo de que la economía vuelva a inclinarse hacia el 'ladrillo'?

-Teniendo en cuenta que había un nivel tan bajo de operaciones, que haya ahora un incremento coyuntural, que se debe en una parte importante a motivos fiscales, no nos hace percibir la posibilidad de una nueva burbuja, ni mucho menos. No sé si en el futuro la respuesta será diferente, pero ahora no la veo.

¿Nos ha puesto la crisis en nuestro sitio?

-Hombre, la situación producida por la burbuja inmobiliaria era de euforia en algunos casos, de que estás es una escalera en la que siempre se sube y todo aumenta de valor. Yo creo que en mucho tiempo la propia conciencia de la gente la va a hacer más conservadora, sin esa alegría de consumo que tuvimos. Ahora, esperamos que pueda volver una situación económica de gran prosperidad. Sobre todo en el País Vasco, donde tenemos ese tejido económico industrial que siempre se ha caracterizado por adaptarse a los tiempos e iniciar nuevos elementos de la producción. Eso puede darnos una situación que sea de cierta alegría sin ser aquella euforia desbordada.

Los notarios tienen 'mala prensa' y están intentando mejorarla.

-Ya solo nos queda salir en la televisión todos los días con buena cara explicando a los ciudadanos que el notario no es simplemente un señor que llega, firma y le tienes que pagar. Nosotros prestamos un asesoramiento que nos lleva a estar en el despacho todo el día aconsejando, explicando y dando una serie de posibilidades a un señor que quiere realizar los actos más importantes de su vida.

Su actividad es muy intensa.

-Claro, casarse, emanciparse, constituir una sociedad, dar un poder a una persona para que le represente, la herencia... Todo eso lo hacemos y por una cantidad que es muy competitiva. Y no solo en relación a otros elementos del tráfico jurídico de nuestro país, sino sobre todo a nivel internacional, somos mucho más baratos que otros notariados del resto de Europa. La percepción final de que el notario es un señor que vive muy bien y que cobra solo por echar una firmita, es una percepción que igual está anclada en muchos años, en muchas imágenes de pura caricatura que nos va a costar superar.

Si se dejara atrás la caricatura pasaría como el abogado que el padre recomienda al hijo.

Esa es la gran asignatura pendiente para la cual estamos dedicando mucho tiempo, hemos hecho vídeos, hemos publicado folletos, hemos hablado con administración... Queremos que el consumidor elija el notario porque ha sido perfectamente atendido en una visita anterior o porque ha recibido una recomendación. La realidad es que es muy difícil conseguirlo.