donostia - Con motivo de la celebración hoy del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo Jesús Uzkudun habla del papel de los responsables políticos, las empresas, los sindicatos y los trabajadores en la prevención. El experto reclama un "trabajo conjunto entre todos" para poder atajar los accidentes en el trabajo y las enfermedades profesionales.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales está a punto de cumplir 20 años. ¿Habría que reformarla?
-En este país, lo primero que hace falta es un cambio cultural, de empresas y del conjunto de la sociedad, de que las leyes son para cumplirlas y que, quien las infringe, la paga. Otro aspecto fundamental es ponerse a trabajar todos, desde los diferentes puntos de vista, en un objetivo común, que es en la prevención. Pero los aires que vienen de Europa son de desregulación. Bruselas cree que habido demasiadas leyes y que hay que dar más libertad al mercado. De hecho, ahora mismo la UE no tiene un plan estratégico definido en materia de prevención y seguridad laboral. Ello es porque hay presión para volver atrás.
¿Presión de las empresas?
-Sí, y de sus grupos de presión. No es casualidad la evolución hacia la derecha de la sociedad europea. El giro hacia esas ideas, incluso de ultraderecha, puede suponer un giro en la prevención laboral. Ya sucede en otras cuestiones y en esta va a suponer retroceder a años pasados, algo que ya se está viendo aquí con la crisis. Todo el mundo se pone a ahorrar y lo primero en que se recorta es en la medida más ruinosa. Porque ahorrar en prevención es ruinoso para las empresas y para los trabajadores. Y si no, que se lo recuerden a quienes ahora se ven obligados a pagar recargos de prestaciones e indemnizaciones a las víctimas del amianto.
ELA acaba de decir que Osalan le oculta cifras de accidentes...
-A Txiki Muñoz ya le vale porque no participa donde tiene que hacerlo. Además, habla de los accidentes de trabajo, que no son ni el 10% de los daños que se producen en los trabajadores. Y, en última instancia, cuando hay siniestros, lo que hace falta es la implicación de todos los agentes en la mejora, algo que ELA ha rechazado absolutamente. Parece que no sabe que un accidente se declara allí donde la empresa está inscrita. Así, si es una empresa madrileña, aunque el accidente se produzca aquí, se registra en Madrid. Además, la ley marca que los autónomos tienen siniestros pero no se consideran accidentes de trabajo ni enfermedades profesionales. Mezclar todo en el mismo saco me parece un escándalo. La propia Agencia Europea de Salud Laboral dice que solo el cáncer profesional mata diez veces más que los accidentes de trabajo. Por lo tanto, hablemos de lo que tenemos que hablar.
De enfermedades profesionales...
-Pues sí, porque Euskadi es la comunidad autónoma con mayor mortalidad producida por cáncer de todo el Estado, con unos índices muy superiores a los de Andalucía. ¿Tenemos hábitos diferentes? No. Nuestro pasado industrial, el amplio uso de productos cancerígenos en los procesos industriales, son la causa. Cada año se registran unos 11.000 muertos por cáncer profesional en el Estado, de los que 1.000 se producen en la CAV, lo cual es más serio que las cifras de accidentes laborales que, por supuesto, también son inadmisibles. Que el 70% de la sorderas profesionales en todo el Estado se reconozcan en Euskadi no es porque no existan en otras partes sino porque aquí levantamos la alfombra.
¿Cómo es posible que hoy en día sigan existiendo materiales y procedimientos peligrosísimos para los trabajadores?
-Esa misma pregunta me la hago yo. Por ejemplo, se sacan al mercado aglomerados de cuarzo -el silestone y otros productos de mármol artificial- que se colocan en nuestras casas. Si la piedra tiene el 15% de sílice, esos productos tienen hasta un 95%. Y no se pueden adoptar medidas de prevención, por lo que es necesario sustituir esos materiales, pues son un matadero. He visto personas de menos de 30 años con silicosis, incapacitadas para el trabajo. En pleno siglo XXI es una vergüenza.
¿Colaboran los médicos en la detección de esas dolencias?
-Lamentablemente, no. Aquello que los médicos aprenden en la universidad acerca de aquel maestro de la medicina que en el siglo XVII decía en sus libros "pregunta al enfermo cuál es la fuente de su sustento porque en él puede estar el origen de la enfermedad" se les ha olvidado ahora, no sé por qué intereses.
¿No aprenden las empresas a apostar por la prevención?
-La clave está en hacer cumplir la ley. Al final, si a quien incumple le meten una buena sanción, espabila, como en cuestión de tráfico con el carnet por puntos. Cuando trabajé en Orbegozo a finales de 1979 hicimos una revuelta y creamos un comité de seguridad e higiene de 33 miembros, cuando la ley exigía solo cuatro. Un miembro por cada departamento. Era tal la participación del personal, que decía aquí una protección, aquí una escalera, aquí lo uno y lo otro?, que cortamos de raíz los accidentes de trabajo. Es decir, en los accidentes de trabajo, y en las enfermedades profesionales todavía más, es clave la democratización de las relaciones laborales; la participación.
¿Qué sensibilidad hay ahora en las instituciones en Euskadi en materia de prevención?
-Estamos retrocediendo respecto a pasos que se habían dado anteriormente. El Plan Estratégico de Seguridad y Salud Laboral del anterior Gobierno Vasco, logrado tras muchas horas de discusión de trabajo entre Confebask y nosotros, lo que dio como resultado acuerdos que han sido muy importantes, finaliza ahora. No veo al actual Gobierno Vasco muy por la labor. Si un plan de estos se hace solo por técnicos, ya pueden ser los mejores técnicos del mundo que la pifiarán. Hace falta implicar a todos los agentes sociales.
¿Va a ser eso posible?
-Lo dudo. El hecho de que ELA y LAB se nieguen a participar en el consejo general de Osalan y en otro montón de cosas relacionadas con esta materia es un desastre. Y también lo es que, cuando se produce una muerte por accidente laboral, no seamos capaces de juntarnos todos en las protestas.
Esa desunión en situaciones como un fallecimiento en el trabajo no es la imagen ideal?
-Por supuesto. El ciudadano percibe esa falta de unión que perjudica a los sindicatos y favorece a la patronal. Si al final lo que pretendemos es defender otros intereses, la salud laboral queda abandonada y se reduce la pelea sindical a lo salarial. He visto muchas veces a ELA utilizar los accidentes para ajustar otras cuentas y eso no me gusta.
¿A qué se refiere?
-Me han venido muchas veces, en medio de la negociación de un convenio, diciendo que van a denunciar a la empresa por incumplimiento de la normativa de prevención y, luego, cuando se llegaba a un acuerdo sobre el convenio, retiraban la denuncia. Se ha utilizado el accidente laboral como arma arrojadiza y no para promover una cultura de prevención.