un Porsche es siempre un automóvil deportivo. El creador de esta marca irrepetible, como declaró en su día, imaginó un coche y salió a buscarlo, pero como no lo encontró, decidió construirlo él mismo. Así nació Porsche, una firma para entusiastas de la conducción y las prestaciones, lo que implica de paso incorporar la tecnología más avanzada y, también desde hace décadas, un toque de lujo y distinción incuestionable.
Esta filosofía de producto se mantiene desde el primer día, sin embargo, la evolución en los planteamientos que exige adaptarse a los nuevos tiempos también es más que evidente. La seguridad, el control y la eficiencia, además de la polivalencia, han llegado para quedarse en los genes de este fabricante alemán. Los Porsche ya no son solo deportivos radicales para conducir en pareja como mucho, también cuentan con vehículos de uso familiar, como es el caso de los Cayenne y Panamera, y, de un tiempo a esta parte, incorporan propulsores que se distinguen, además de por unas prestaciones sobresalientes, por una economía de consumo y bajas emisiones en relación a sus soberbios registros en rendimiento que sorprenderían a los más profanos y a quienes asocien vehículos deportivos con velocidad, aceleración y muchos litros de combustible invertidos cada 100 kilómetros.
La magia en el mundo del automóvil no existe, tan solo la tecnología es capaz de salvarnos de los peligros y los convenientes que acechan al conductor y sus ocupantes. Y un buen ejemplo de esta tecnología salvadora a la hora de quemar menos carburante y contaminar menos la incorpora el nuevo Porsche Panamera S E-Hybrid, una enorme berlina de cuatro plazas, cinco puertas y un amplio maletero. Llega dotada de un propulsor de gasolina V6 de tres litros sobrealimentado por compresor volumétrico, con 333 CV, cambio automático Tiptronic S de ocho velocidades y tracción trasera, además de con un motor eléctrico de 95 CV (ambos aportan una potencia máxima combinada de 416 CV). Con una velocidad punta de 270 km/h, un paso de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y un consumo medio homologado de 3,1 litros a los 100 kilómetros, el precio de esta especie de laboratorio rodante es de 114.021 euros. En su favor, en el asunto de la adquisición, hay que apuntar que debido a sus bajas emisiones está exento de tributar por el Impuesto de Matriculación.
La grandeza de este Porsche tan deportivo y lujoso como siempre han sido los Panamera, pero tan ahorrador y respetuoso con el medio ambiente como nunca antes lo había sido un Porsche, reside en las posibilidades que le otorga su motor eléctrico y las baterías de ión-litio -de 9,4 kWh y sin efecto memoria-, que le permiten, tras la correspondiente carga en la red eléctrica -menos de cuatro horas en un enchufe doméstico y unas 2,5 horas en uno industrial-, disponer de una autonomía en modo exclusivamente eléctrico de hasta 36 kilómetros, con una velocidad máxima de 135 km/h, circulando en total silencio y sin emisiones contaminantes. Asimismo, admite funcionar por inercia a altas velocidades, el denominado modo a vela, consistente en rodar con el motor de combustión interna al ralentí.
A LA CARRETERA A lo largo de una breve, pero clarificadora toma de contacto con el Panamera S E-Hybrid y asistidos por la impagable colaboración del laureado piloto español Luis Villamil, pudimos probar personalmente sobre el terreno lo que anteriormente otros periodistas de diferentes países habían verificado por sí mismos en un ejercicio de conducción en el que se obtuvieron unos registros medios de 4,4 litros a los 100 kilómetros tras completar un total de 42 pruebas, realizadas sobre un recorrido de 28,7 kilómetros que incluían 6,5 kilómetros de ciudad, 9,2 de carreteras secundarias y 13 kilómetros de autopistas, y en los que se rodó a velocidades de hasta 230 km/h, con el climatizador activado y con tres o cuatro ocupantes por vehículo.
Ponerse a los mandos de este especialísimo Panamera supone, además de un placer, conducir un Porsche como cualquier otro modelo de la marca, con la salvedad de que tiene unas posibilidades de gestionar la energía como nunca antes, lo que le permite ahorrar combustible y contaminar muchísimo menos. El conductor puede elegir el modo de funcionamiento: solo eléctrico, con el motor de gasolina o combinando ambos; de esta forma admite practicar una conducción totalmente eficiente, dinámica o superdeportiva (modo Sport). Así, cuando realizamos recorridos cortos o en tramos urbanos y de periferia, donde el híbrido resulta imbatible, lo ideal es usar el modo eléctrico; mientras que en carretera y autopista podemos servirnos de ambos, y sabiendo que en las retenciones y frenadas recuperamos energía. Además, si activamos la tecla E-Charge, podemos recargar las baterías en 40 minutos mientras conducimos con el motor de gasolina y sin importar a qué velocidad, para así poderlas emplear cuando lleguemos a una ciudad o su periferia.
Todo esto con las habituales prestaciones de un Panamera -no hay que olvidar que tenemos bajo el pie 416 CV para cuando los necesitemos o deseemos emplear--, el confort y la deportividad soberbia que siempre acompañan a esta berlina enorme por dimensiones y también por el placer que reporta conducirla aprovechando cada centímetro la carretera. Resulta increíble el rendimiento de este supercochazo, tanto como la finura, suavidad, silencio de funcionamiento y facilidad de conducción cuando nos movemos en modo eléctrico. Creo que este Panamera es el primer Porsche que me hace mejor persona, un conductor más civilizado y prudente, porque los otros casi siempre acaban despertando el pequeño Fernando Alonso que habita en mi interior.
Por último, con el Panamera S E-Hybrid hemos conocido algunas de las interminables posibilidades que reporta la combinación de los smartphone con el sistema Porsche Car Connect, algo impensable hace unos años. Descargándose la aplicación correspondiente -gratuita durante los cinco primeros años-, es posible realizar un conjunto de funciones a distancia tales como: comprobar el nivel de carga de la batería y hasta programarla, precalentar o enfriar el habitáculo, incluso programando la climatización auxiliar; conocer la autonomía y verificar hasta dónde podemos llegar con ella sobre el mapa de carreteras, guiar al usuario desde donde se encuentra al lugar en el que está aparcado el vehículo, estado del automóvil, si se halla parado o en movimiento y si se ha superado el límite de kilómetros programado o una velocidad determinada (ideal para cuando se presta el coche a alguien); así como bloquear el vehículo en caso de robo cuando éste se encuentre a velocidad cero, para evitar accidentes. Éstas son las principales funciones, porque hay más. Ya les avisamos, un Porsche como siempre, pero también como nunca antes.