Gasteiz. Una de las mayores causas de infelicidad en el mundo actual es que la gente no sabe lo que quiere, no tiene objetivos, y desconoce a dónde quiere llegar. El 99% de las personas se concentran en una determinada área de su vida y acaban abandonando el resto", explica a DNA Aritz Urresti, empresario, coach y conferenciante, quien junto a José Manuel Torres, doctor en Seguridad Informática por Tecnum Navarra, y experto innovador, creó el método Las Cajitas que consiste en ayudar a las personas de forma sencilla a lograr sus metas y propósitos teniendo en cuenta seis áreas de la vida: salud, trabajo, área social, calidad de vida, cultural y educación.
Este ingeniero industrial de formación tuvo que hacerse cargo a los 23 años, tras el fallecimiento de su aita, de la empresa naviera familiar con más de cien empleados. Tras pasar por los distintos puestos en la jerarquía de la compañía, -empecé de delineante, jefe de proyectos... quería conocer la empresa desde abajo- se convirtió en gerente de la firma y logró formar a más de 300 profesionales. "Yo suelo decir que he aprendido a ser empresario a hostias porque tenía que pagar la nómina de cien personas cuando no tenía la pasta. Durante esta etapa de mi vida trabajaba más de doce horas al día, como lo había hecho mi aita, y me di cuenta de que me estaba equivocando. Con la crisis de La Naval y tras tener que cerrar la empresa decidí cambiar mi vida y me embarqué en el tema del desarrollo profesional y personal. Fue hace siete años cuando comencé a dirigir un poco mi vida; había dejado mi familia y mis aficiones de lado, así que me planté y empecé a correr y a hacer cosas diferentes y a aportar el valor que había adquirido tras mi paso por la compañía naval", detalla.
En 2007, Aritz Urresti se puso en contacto con la prestigiosa multinacional norteamericana SMI, especializada en programas de desarrollo profesional y personal, de la que se convirtió en representante para Euskadi. "Pero además tengo mis propias empresas; el método de las cajitas, derivado de mis experiencias", añade.
Empresarios proactivos Este empresario a punto de cumplir 38 años, junto a su compañero de fatigas José Manuel Torres, se definen como emprendedores "proactivos" que dedican gran parte de su jornada diaria a ayudar a empresas vascas y también del Estado a "mejorar su productividad".
"El problema es que no se sabe diferenciar aquellas tareas que son rentables y se invierte mucho tiempo a labores de baja rentabilidad. El 90% del tiempo que dedica la gente a trabajar no obtiene resultados; se podría omitir. El tema es que la gente no sabe cuánto vale cada tarea que realiza. En nuestra vida diaria tampoco sabemos distinguir nuestras prioridades. No le damos valor a aquellas tareas que son más rentables, o a las cosas que verdaderamente nos gustan. Si realmente lo valoráramos, lo priorizaríamos en nuestra agenda", explica Urresti.
Para este experto en optimizar la gestión de su tiempo laboral nos equivocamos cuando hablamos de gestión del tiempo, porque es el mismo. Lo que hay que hacer es gestionar las prioridades, porque se dedican muchas horas a trabajar que no valen para nada. "Cuando alguien comenta que no tiene tiempo para hacer tal cosa, yo suelo decir que el problema no es el tiempo, sino que no está entre sus prioridades para meterlo en su agenda. Si una persona me dice: no tengo tiempo para hablar contigo o cualquier excusa, yo le planteo si dándole 70.000 euros tendría tiempo para quedar conmigo", dice sonriente.
¿Cómo se mejora esa productividad profesional y personal? "Lo primero que hay que hacer es trabajar por metas; metas con unos resultados medibles. Debemos de tener unas acciones que vayan a conseguirlas. El 98% de las personas no tiene metas profesionales ni personales". Lo dice por experiencia, ya que cada semana trabaja con más de 200 profesionales sin metas bien definidas. "Una meta tiene que ser medible, alcanzable, realista, tangible (MART)", dice.
Con los deseos la gente es fantástica, sin embargo no son capaces de cumplirlos, porque se quedan en eso, en una aspiración. Esto ocurre porque las prioridades de las personas son distintas a la realidad del día a día. Para un emprendedor, la actitud debe ser un hábito mental, una elección, y como consecuencia la persona tendrá en sus manos la oportunidad y las herramientas precisas para cambiar y establecer objetivos.
Cambio de hábitos "Una persona para desarrollarse o cambiar o mejorar tiene que variar de hábitos, superar los condicionamientos mentales que son los miedos que tiene la gente para no pasar a la acción".
¿Por ejemplo? "Un hábito que resta mucho tiempo y productividad es tener encendido el móvil continuamente o ver y contestar los mail a todas horas. Estas costumbres acarrean interrupciones permanentes. O el miedo que puede tener un directivo para no cerrar la puerta del despacho con lo que sufre interrupciones de sus trabajadores. Eso hace realmente que se hagan cosas poco rentables", explica Urresti.
Con su método Las Cajitas asegura que es posible dejar atrás los patrones por los que nos regimos los humanos, "personas genéricas, intangibles, reactivos, sin metas y sin indicadores que les permitan saber si están ganando o perdiendo el juego de su propia vida".
Poca productividad Estos dos emprendedores ponen siempre de ejemplo al empresario. El perfil de esta persona es siempre el mismo; focaliza todo sus esfuerzo en el trabajo y olvida otras áreas de su vida como la familia, la salud, el deporte o los amigos. "A pesar de que toda su atención se centra en el trabajo, la mayor parte de los empresarios obtiene el 80% de sus resultados del 20% de su tiempo. Esto implica que el 80% de su tiempo, casi todo, lo utilizan en actividades poco productivas. A veces los empresarios se dedican a tareas técnicas o de producción por evitarse pagar una nómina más, y esa mentalidad cortoplacista les impide dedicar su tiempo a actividades que podrían triplicar sus resultados. Son empresarios que no tienen tiempo de ganar dinero, porque están muy ocupados trabajando", sentencia.
¿Y qué ocurre con los empleados?" Suele suceder que se quedan en la zona de confort. Para qué van a cambiar si les pagan igual. Trabajo también con ellos y resulta más costoso porque la actitud no es tanto de cambio. El problema es que nos han metido la cultura del trabajar por horas cuando hay que hacerlo por metas, por acciones a conseguir. La productividad es calidad entre tiempo".
Sus programas de mejora de la productividad van dirigidos no solo a empresarios, sino también a particulares. "Mi meta es apoyar a los clientes a conseguir su éxito a través de la realización progresiva de metas personales, predeterminadas y valiosas en las seis áreas de la vida. Ayudamos a los profesionales a aprender a hacer lo que uno quiere hacer realmente, y no lo que las circunstancias y el entorno le conducen a hacer. Aprender a tener el control de tu tiempo, a usarlo en las cosas que se benefician y no buscar excusas", explica Aritz satisfecho porque está trabajando con personas en paro y con quien quiere cambiar, porque lo requieren. "Estoy consiguiendo que gente que está parada encuentre trabajo. Pero tiene que haber una capacidad de decisión y de querer cambiar", apunta.
En la zona de confort Se lamenta de que a la juventud no se le enseña a desarrollar una mentalidad emprendedora. "El problema de este país es que nos han educado para hacer una carrera y trabajar para los demás. Hay que explicar a los jóvenes que hay más opciones que trabajar para otros. Hay que ser creativos y hacer cosas para uno mismo. Debemos de potenciar el Yo puesto SL. Uno tiene que aportar el valor hacia los demás; tiene que ver qué beneficios puede ofrecer a la sociedad. La parte emprendedora se trabaja; no es una cualidad con la que se nace o se deja de nacer. Ahora la gente emprende más por necesidad. Lo cierto es que se nos ha enseñado a estar en la zona de confort porque emprender tiene un riesgo; yo tengo varias empresas, pero mi ama siempre me decía: tu sé funcionario que es más seguro", reconoce, Aritz Urresti, autor del libro Pierde 1 minuto y gana 7 años, donde explica todas sus vivencias. (www-aritz-urresti.com).
"La mayor parte de los empresarios obtiene el 80% de sus resultados del 20% de su tiempo"
"El éxito no está en el número de horas que metemos, sino en cómo empleamos esas horas"