ea, célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén la nave para que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz que fluye de nuestra boca; sino que se van todos después de recrearse con ella, sabiendo más que antes; pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya argivos y teucros, por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo cuanto ocurre en la fértil tierra". Algo parecido a este pasaje de la 'Odisea' (canto XII-184) lo podemos observar hoy en los mensajes del Gobierno de Rajoy que, al igual que las palabras de las sirenas entonadas en cantos melodiosos, pretenden hechizar a la sociedad española con el atractivo del final de la crisis.

Sí. En la presentación de las cuentas públicas españolas para 2014, el trío SGM, cabeza de puente de la nueva hornada de sirenas al servicio de Rajoy -es decir, Soraya, De Guindos y Montoro- dejaron oír sus melodías. La primera, como vicepresidenta del Gobierno, para señalar que son "los primeros presupuestos de la recuperación". El segundo, en su calidad de ministro de Economía, prometiendo que 2014 "será el primer año (de la crisis) con creación neta de empleo" en términos EPA, al tiempo que anuncia un descenso en la tasa de desempleo. Mientras que el último de la terna, paradigma del optimismo, aseguraba que "en 2014 no habrá subidas de impuestos", incluso añadió que "habrá bajadas selectivas" de tributos, quizás para nuevas empresas y autónomos.

Puede que solo quieran decir que las cuentas del próximo año coincidirán con los primeros síntomas positivos, tal y como suenan las previsiones. Ahora bien, la forma de decirlo expresa la voluntad de proyectar un optimismo, cuando solo es un pronóstico. De cualquier forma, suenan bien, muy bien, estas palabras que hablan de crecimiento del PIB, creación de empleo y alguna bajada de impuestos. Suena tan bien que uno se pregunta cómo es que los campanarios españoles, tan dados al anuncio de buenas nuevas, no han empezado a repicar de alegría.

Acompañando estas promesas, están otros datos, como la subida de las pensiones (0,25%) o la congelación salarial de los funcionarios, sin entrar en la devaluación real del sueldo del resto de trabajadores. Esto representa una pérdida de poder adquisitivo que incidirá en el consumo interno que sigue cayendo desde hace 38 meses consecutivos, lo que resta credibilidad a un gobierno, cuyo presidente dice ahora que el déficit público del pasado año fue dos décimas inferior al que se había dicho en un principio y que en este ejercicio se cumplirán las previsiones, algo que han puesto en duda la propia Comisión Europea y el BCE.

Pero hay más. Cuando De Guindos dice que bajará la tasa de paro no significa más empleo, cuyo porcentaje es el resultado de dividir el número de puestos de trabajo entre la población activa, que se define como las personas que trabajan o buscan trabajo. Pues bien, si estas últimas descienden, como así está ocurriendo se debe a que unos emigran y otros desisten de buscar un empleo. Así sube el porcentaje de trabajadores mientras baja el de los parados. Por tanto, pura ficción.

También se dice, por ejemplo, que las inversiones en I+D+i subirán el 1,3% en 2014, como si esto fuera algo significativo desde los recortes registrados en 2011 (-5,7%), 2012 (-25,00%) y 2013 (7,22%). Como verán, ese porcentaje de subida es un mal chiste. Por cierto, creo que es oportuno recordar que, merced a la herramienta inversora que facilita el Concierto Económico, el País Vasco era en 2011, la comunidad con mayor inversión en I+D+i por habitante, llegando a 637 euros per cápita, seguida de Nafarroa y Madrid.

En cuanto a las cifras y porcentajes relacionados con el déficit y la deuda, habrá que esperar para ver si es verdad lo que dicen. De momento, el ministro Montoro reconoce que los ingresos fiscales para este año se reducirán al menos en 2.340 millones de euros porque durante los dos primeros trimestres del año han registrado una mayor caída del consumo. En cuanto a las previsiones para 2014 señalan aumentos del 1,7% en el IRPF; del 5,4% en el Impuesto de Sociedades y del 2,7% en el IVA. Sin olvidar que las cuentas del próximo ejercicio tienen hipotecados 36.590 millones de euros para pagar los intereses de la deuda y 29.469 millones para el subsidio por desempleo.

Resumiendo, todas estas previsiones, con sus pros y contras, suenan a un canto de sirenas o recuerdan como un matemático, un economista y un contable acudieron a una entrevista de trabajo.

El primero en entrar fue el matemático, y su entrevistador le puso a prueba con una pregunta aparentemente absurda: "¿Cuánto son dos y dos?", le espetó. El matemático, sin titubear y un tanto contrariado, le respondió de un tirón: "Por supuesto que cuatro". Después, entró el economista y cuando este profesional obsesionado por los balances, escuchó la misma pregunta. ¿Cuánto son dos y dos?, respondió con la prudencia del forense de los números: "De media, son cuatro". Por último, entró el contable, quien nada más escuchar el problema de labios de su interlocutor cerró las puertas y entornó las ventanas para asegurarse que nadie le pudiera oír y respondió, susurrándole al oído: "¿Cuánto quiere usted que salga?".

Pues eso.