Donde algunos políticos como el presidente de la Comisión Europea ven el vaso de la recuperación económica medio lleno, muchos otros como socialistas, liberales o ecologistas lo ven todavía medio vacío. Para José Manuel Durao Barroso la buena marcha de las exportaciones en España son un signo indiscutible de que su economía avanza por el buen camino. Para el líder de los socialistas europeos en la Eurocámara, Hannes Swoboda, llamar recuperación a la creación de 31 puestos de trabajo en un país con cinco millones de parados es, simplemente, un escándalo. A ocho meses de las elecciones europeas, Barroso intentó ayer, ante el pleno de Estrasburgo, ofrecer su visión optimista de la situación en Europa pero recibió un jarro de agua fría de una cámara que no quiere realidades edulcoradas.

"España es el ejemplo de que las reformas dan frutos positivos", celebraba satisfecho durante el debate sobre el Estado de la Unión, apuntando al aumento de la competitividad y a las exportaciones. "Estamos viendo que los países más vulnerables ante la crisis y que están trabajando para reformar sus economías están empezando a mostrar señales positivas", prosiguió mencionando también a Irlanda, Grecia, Chipre y Portugal. "La recuperación está a la vista", llegó a decir sobre una fotografía que muchos otros rebatieron. Este es el caso del austríaco Swoboda quien recordó que en un país donde los niños tienen que ir a la escuela para ser alimentados porque tienen hambre, hablar de mejora porque se han creado 31 puestos de trabajo es un "escándalo".

Unas palabras que escocieron en los populares españolas y especialmente a un Jaime Mayor Oreja, poco dado a intervenir en la vida parlamentaria, que pidió la palabra. "No sé si ha sido un problema de traducción. Ha hablado de escándalo cuando en este último mes hay 31 puestos nuevos de trabajo, que se suman a otros puestos nuevos de trabajo. ¿Cuál es su concepto de escándalo? ¿Cuando se crean puestos de trabajo o cuando en la etapa de gobiernos socialistas se destruyeron millones de puestos de trabajo en España?", espetó mientras se escuchaba un contundente grito: "Bárcenas".

el "escándalo" del paro español Swoboda, un político con muchas tablas en la cámara, no se arrugó. "Cuando se habla de recuperación se habla de miles de empleos. No de 28 o 31. Este es el escándalo. Sabe perfectamente que si sacas a la gente de la lista del paro se pueden tener buenos resultados. Mucha gente en España se está marchando a Argentina, a otros países de Latinoamérica, a Alemania. No podemos solucionar el problema del desempleo diciéndole a la gente joven que dejen el país y busquen un empleo fuera. Esa no es nuestra política", replicó.

También liberales y comunistas ofrecieron un mensaje similar. "Esta crisis no se ha terminado. Hay que hacer un análisis realista. Las señales son más bien la prueba de que se ha llegado al fondo de la recesión", le advirtió Guy Verhofstadt. "Alabo su valentía al decir que todo va bien porque no veo los motivos. A 100 metros del Parlamento Europeo en Bruselas hay mendigos. En Chipre miles de niños van a la escuela para poder comer", criticó el comunista Takis Hadjigeorgiou.

Los ataques al discurso, especialmente a la escasez de medidas contra el paro, se repitieron durante un debate de dos horas y en el que Barroso defendió el trabajo hecho por su Ejecutivo. "Estamos al tanto de las dificultades en Europa y estamos luchando contra ellas con los instrumentos que tenemos. Y este es el problema. El empleo es una política nacional. Podemos influir y crear algún fondo pero al final depende de lo que un país haga o deje de hacer. Hay que ser claros porque si no mucha gente culpará a Europa de lo que es la acción o inacción de algunos Estados", respondió airado a una larga lista de críticas que pasaron del cambio climático a la educación.

Rifirrafes aparte, el presidente de la Comisión admitió que no todo es de color de rosa, que el crédito sigue sin fluir, que el desempleo sigue siendo un grave problema, y que los gobiernos deben acelerar las reformas estructurales porque, aunque los esfuerzos están empezando a convencer, "cualquier cosa que siembra dudas sobre el compromiso de los gobiernos con las reformas se castiga de forma instantánea", explicó apuntando la necesidad de completar la unión bancaria en clara alusión a Alemania. También apuntó que el mayor riesgo actualmente para Europa no es económico sino político y alertó de que en los próximos ocho meses habrá muchos que culpen a Europa de todos los males europeos porque los políticos tienden a europeizar el fracaso y a nacionalizar el éxito. "La polarización sigue siendo un riesgo para el proyecto europeo. Hay que recordar a los ciudadanos que Europa no está en el origen de la crisis sino que es resultado de la mala gestión de las finanzas públicas de los gobiernos nacionales y el irresponsable comportamiento de los mercados financieros".