"La crisis existencial de la Eurozona ha terminado pero la crisis económica, la del crecimiento y el empleo, todavía está con nosotros". Con estas agridulces palabras el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, quiso reconocer ayer ante diplomáticos europeos los esfuerzos realizados en el último año por los gobiernos europeos, iniciativas como la unión bancaria y los compromisos asumidos por el Banco Central Europeo porque a su juicio son los elementos que han ayudado a devolver la confianza sobre el proyecto del euro. "Al contrario que hace un año ahora se reconoce ampliamente que la Eurozona seguirá intacta e incluso expandiéndose con la adhesión de Letonia", indicó.
En un discurso de apertura del curso político, pronunciado ante la conferencia anual que celebran los embajadores de la Unión Europea, el político flamenco destacó que el crecimiento y el empleo seguirán siendo su prioridad y que todos los líderes de la UE comparten los mismos objetivos. Para empezar la estabilidad financiera y la búsqueda de una economía más resistente a través de finanzas públicas saneadas y reformas estructurales, pero sin olvidar la necesidad de medidas para favorecer el empleo, especialmente el de los jóvenes, e iniciativas para reforzar la unión monetaria.
Van Rompuy dejó la cautela que el vicepresidente económico de la Comisión, Olli Rehn, mostraba hace menos de un mes para insistir en el cambio de tendencia. "Hay brotes verdes y debemos alimentarlos con cuidado", explicó. "En las últimas semanas ha habido signos positivos que apuntan hacia la recuperación, desigual entre los países, modesta, quizás fragil, pero positiva", esgrimió en el mismo día en el que la oficina europea de estadística corroboraba la noticia ya avanzada el 14 de agosto: el fin de una prolongada recesión de año y medio de duración en la zona euro.
Según su segunda estimación, la economía de los 17 países creció entre abril y junio un 0,3% del PIB, tras una caída del 0,2% entre enero y marzo, una décima menos de lo pronosticado anteriormente. Un repunte animado por los buenos resultados cosechados por Alemania y Francia, las dos primeras potencias económicas de la zona euro que registraron un crecimiento del 0,7 y 0,5% respectivamente, tras un mal inicio del año. No obstante, fue Portugal quien registró durante el segundo trimestre del año la mayor expansión con un crecimiento del 1,1% tras diez trimestres consecutivos en recesión.
Aún así, son muchos todavía los países que siguen en recesión. Este es el caso de Chipre (-1,4%), Eslovenia (-0,3%), Italia y Holanda (-0,2%) y España (-0,1%) a los que a buen seguro se sumarán Grecia, que registra una caída interanual del 4,6%, Irlanda, con una contracción del 0,6% durante los primeros tres meses del año o Luxemburgo, de quien Eurostat no tiene datos pero con una profunda caída del 1,6% registrada también durante el primer trimestre.
españa En el conjunto de los 27, el PIB creció entre abril y junio un 0,4%, una décima más de los previsto inicialmente. Una evolución positiva lograda gracias a la fortaleza de economías como Reino Unido, Finlandia o Lituania, que crecieron un 0,7% respectivamente. Un 0,6% lo hizo la República checa, un 0,5% Dinamarca y un 0,4% Polonia. En términos interanuales, son nueve los países de la Unión Europea en recesión: Chipre (-5,2%), Grecia (-4,6%), Eslovenia (-2,2%), Portugal (-2%), Italia (-2%), Holanda (-1,8%), España (-1,6%), República checa (-1,3%), Croacia (-0,7%) y Bélgica (-0,1%). Según Eurostat, el avance en ambas zonas se debió en buena medida al gasto de los hogares.
En definitiva, buenas noticias en un continente muy necesitado de ellas, con una tasa de paro en niveles nunca vistos, especialmente entre los menores de 25 años, un crecimiento que se resiste a llegar y una deuda pública que costará años rebajar. "Declaraciones que sugieren que la crisis ha terminado no son para hoy", advertía a mediados de agosto Olli Rehn.
Muchos son los analistas y políticos que comparten esta opinión, que las señales no son suficientes para echar las campanas al vuelo, y pese a su tono optimista hasta Van Rompuy enfría sus palabras. "Un descuido podría poner los esfuerzos y logros pasados en riesgo. Todos debemos de mantenernos alerta para seguir impulsado reformas y apoyar el crecimiento y el empleo", alerta.