Nueva York. La empresa Eastman Kodak Co., que fuera pionera de la fotografía, logró el martes que un tribunal aprobara su plan para emerger de la bancarrota como una compañía de imágenes digitales mucho más pequeña. La autorización del juez federal del Tribunal de Bancarrota de Manhattan, Allan Gropper, pone a Kodak en el camino para salir de la bancarrota en unas dos semanas.

"Será enormemente valioso para la compañía salir del Capítulo 11 y con suerte comenzar a recuperar su posición en el mercado estadounidense", opinó Gropper. Kodak, con sede en Rochester, Nueva York, fue durante años sinónimo de cámaras e imágenes familiares. En enero de 2012, la compañía se declaró en quiebra con una deuda de 6.750 millones de dólares (más de 5.036 millones de euros), presionada por los altos costos de las pensiones y retrasos de años en aceptar la tecnología de las cámaras digitales.

Con la aprobación del tribunal, la salida de la bancarrota es inminente, afirmó en un comunicado el presidente ejecutivo de la compañía, Antonio Pérez. "Después, pasaremos a emerger como un líder en tecnología sirviendo a grandes y crecientes mercados de imágenes comerciales", destacó, aclarando que la compañía tendrá una estructura más austera y una hoja de balance más sólida.

Kodak ha liquidado activos y ahora se concentrará principalmente en productos comerciales como la tecnología de impresión digital de alta velocidad y el empaque flexible de bienes de consumo. Su nueva estructura implicará un perfil público más bajo para el icónico nombre Kodak. Los ingresos previstos de la compañía, de unos 2.500 millones de dólares (unos 1.865 millones de euros), son casi la mitad de lo que tenía cuando se declaró en quiebra.

En bancarrota, Kodak no logró obtener un valor significativo para su cartera de patentes, que según expertos fue una razón crucial por la que tuvo que vender sus negocios esenciales y reinventarse. Pero la bancarrota resolvió una importante disputa acerca de las pensiones de los jubilados y ha forjado un plan de reestructuración que, aunque elimina a los accionistas, debería saldar la deuda de los acreedores garantizados y de segundo nivel.