concha lago. bilbao. Está convencido de que, como reza su libro, Hay vida después de la crisis (Plaza y Janés), "el problema es cuántas cicatrices y cuánta gente dejas por el camino", se lamenta Díez. Por eso, ha donado parte de sus ganancias a un cura, "que está al lado de la parroquia de mi madre" que empezó atendiendo a drogadictos y "ahora atiende a muchísima gente que no puede aguantar más".

¿Cómo valora el informe de la comisión de doce expertos sobre la reforma de las pensiones?

Tenemos un problema con las pensiones derivado de un problema demográfico. Pero cuando uno está en medio de un huracán, la crisis, uno no se pone a cambiar el tejado de la casa, o sea, las pensiones. La prioridad es estabilizar la economía, crear empleo y si dentro de tres o cuatro años, estamos creciendo... y hay que hacer cambios en las pensiones, se hacen, pero no ahora.

¿Es un error?

Sí, es un error. Y es triste porque en Alemania, la reforma realizada en 2001 provocó una incertidumbre total y hundió el consumo privado. Hay nueve millones de pensionistas y tres millones de personas que ven la jubilación cerca y tú no puedes asustar con una depresión a doce millones de consumidores. Es más honesto decirles; no hay dinero y las tenemos que congelar. Pero le voy a dar una exclusiva...

Pues ya es difícil con los cientos de entrevistas que está concediendo.

Ya... Es que un alto cargo del Gobierno argentino me ha ido anticipando lo que nos está pasando, porque ellos han vivido todas las crisis. Esta persona, que llevó todo el programa de rescate con el FMI, me dijo; de la medida que más me arrepiento es de haber indexado (vinculado) las pensiones a los ingresos del Estado y a la recaudación. Porque aquello trajo un hundimiento del consumo y nos metió en una depresión voraz. O sea que estamos cometiendo todos los errores de la humanidad en la historia de las crisis de deuda. Uno tras otro. Y si les fue mal ¿por qué lo vamos a hacer nosotros?

¿Y por qué nadie le hace caso?

Pues ésa es una buena pregunta que no sabría contestar.

Y lo dice usted que es calificado de gurú económico, fontanero de Moncloa en la época Zapatero.

Yo colaboré con el Gobierno anterior, pero no fui nunca asesor de Zapatero. He estado en La Moncloa con este Gobierno del PP las mismas veces que con el anterior. Hay gente del Gobierno que me consulta cosas y cuando me llaman, por responsabilidad, voy. Pero no les gusta mucho llamarme porque digo la verdad y soy un tío incómodo. Les resulta más fácil invitar a los de los bancos.

¿Le tiene manía a Merkel? Dice usted que la canciller alemana quiere apagar el incendio con cubos cuando hacen falta portaaviones.

Yo le critico como jefa de los bomberos porque el mayor incendio económico de los últimos setenta años lo quiere apagar con cubos. Pero ella no es la culpable de la crisis. Es una crisis de deuda privada, donde los bancos alemanes dieron mucho dinero a bancos españoles que se ha usado mal.

Sin embargo, las elecciones alemanas no parecen la panacea aunque Merkel no salga reelegida.

Yo creo que los otros son más razonables en la parte del eurobono, la unión fiscal... ahí se podría avanzar más. Pero son alemanes... En mi libro hay un capítulo sobre el coste de la inacción y esa inacción lleva a la ruptura del euro.

Usted dice cosas incendiarias. Como que España es una bomba de relojería y que si hubiera vida inteligente en Madrid y en Berlín se aplicarían inmediatamente medidas como las que está aplicando EEUU.

Es que estamos siguiendo los errores que cometieron los japoneses en los años 90, pero ellos tenían un 4% de paro. Alemania no está creciendo y les va mal... pero tienen un 7% de paro. Nosotros tenemos un 27% de desempleo y eso es insostenible. Hay dos variables en una crisis de deuda que tú no controlas, una son los mercados y otra, la estabilidad social. Los mercados han funcionado bastante bien y siguen aguantando aunque cuando hay un poco de tensión, nuestro bono se va. Lo que es insostenible es la parte social. En la calle todavía hay más miedo que ira. Pero en algún momento estallará la violencia. Hace falta un plan de choque para que la tasa de paro empiece a bajar como ha pasado en Estados Unidos.

Además de Merkel, tampoco le inspira confianza el Banco Central Europeo. Lo considera "una fábrica de excusas y de lamentos".

Es que las dos personas que más mandan en Europa son Merkel y Draghi. Lo que acaba de hacer el Banco de Japón, que crece un 4%, es depreciar el tipo de cambio. Aquí el tipo de cambio no pinta nada a 1,33 y está tan alto porque el Banco Central Europeo no quiere actuar. Si eso pasara, veríamos cómo las empresas vascas empiezan a tirar para delante, comienzan a contratar y cuando pierdan el miedo, invierten. Ahí es donde hay que bajar el déficit público, pero con la economía creciendo, no con la economía en depresión.

¿La situación económica vasca se puede considerar un ejemplo?

Yo creo que sí. El otro día estuve en Gasteiz con un empresario que hace maquinaria para la presa de las Tres Gargantas, en China. Y creo que Euskadi es un ejemplo industrial. Por eso es la economía que menos ha sufrido dentro de España. Porque Euskadi siempre ha mantenido viva su parte industrial, sus empresarios tienen visión del largo plazo, no están con el pelotazo, casi no ha tenido burbuja inmobiliaria, las cajas vascas están bien... todo eso funciona. El libro que he escrito no es un libro feliz, pero tiene un final feliz que yo me creo porque confío en la capacidad que tiene España para competir.

Cuenta una anécdota con el Premio Nobel Paul Krugman.

Sí, en una conferencia, yo le interpelé; si todo está tan mal, como usted dice, las exportaciones irían mal pero las exportaciones han crecido un 50% en los últimos tiempos. Es complicado, me contestó, la explicación requiere mucho tiempo, pues explíquemelo que tengo tiempo, repliqué.

¿Que le preocupa más el paro juvenil o el paro de los mayores de 50?

Los dos son preocupantes, aunque para mí lo es más el de los mayores de cincuenta porque son cabezas de núcleo familiar. Y además estamos en un país que desprecia la experiencia y que tiene una capacidad increíble para dejar que la energía se vaya por el tubo de escape. Los jefes de Recursos Humanos suelen argumentar que son trabajadores más difíciles de gestionar, y yo les contesto; si yo fuera tu jefe, estabas hoy en la calle porque para esto te he contratado, para gestionarles.

¿Representa un drama?

Sí, porque la gente mayor se lo lleva a lo personal porque se sienten fracasados y se convierte en un drama personal durísimo. Yo les hago coaching, es decir, les meto moral... Pero es una cuestión de la cultura imperante, aunque quizá, en Euskadi, se fidelice mejor a los trabajadores.

José Carlos Díez, execonomista jefe de Intermoney, asegura que su libro 'Hay vida después de la crisis' sirve para enfrentarse a la adversidad. Foto: dna

"Cuando uno está en un huracán (crisis) no se pone a cambiar el tejado de la casa (pensiones)"

"España desprecia la experiencia y deja que la energía se le vaya por el tubo de escape"