bilbao. No guarda sorpresas Mariano Rajoy en su cartera de presidente. Acudió ayer al Congreso a detallar los nuevos ajustes que ha prometido a Europa y sacó los mismos papeles de los últimos 15 meses para glosar otra crónica de la austeridad. El líder del PP se aferró a las políticas de austeridad y no ofreció ninguna novedad en torno al Programa de Reformas recientemente enviado a Bruselas. Ni concretó las medidas ya aprobadas ni avanzó nuevas iniciativas o un plan B si fallan las que ya están en curso. A pesar de las expectivas generadas, fue tan espartano como sus Presupuestos a la hora de suministrar información y limitó tanto las cuestiones que está dispuesto a negociar con otros partidos que frustró cualquier posibilidad de pacto contra la crisis.
No fue ninguna novedad porque la mayoría absoluta le permite al presidente del Gobierno despacharse todas las sugerencias y peticiones de la oposición, que en esta ocasión exigió a coro actuaciones de estímulo de la economía. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, incluso le planteó la organización de "un motín" contra Angela Merkel junto a Italia, Francia o Portugal. Rajoy rechazó enfrentarse a las políticas exigidas desde Alemania.
Dio poco más de sí el Pleno en el que se esperaba conocer algó más de los nuevos recortes e incluso algún mensaje entre líneas que permitiera desentrañar el criterio que se utilizará para repartir entre las comunidades el nuevo margen de déficit. Fue el propio presidente del Gobierno el que solicitó la comparecencia, lo que había generado relativo interés. Sin embargo, pinchó el globo que él mismo había inflado con una comparencia de balance, de debate sobre el Estado de la Nación superficial.
De modo que Mariano Rajoy se vio obligado a llenar las lagunas provocadas por la falta de concreción de su discurso con el único dato que le sonríe, la prima de riesgo, y centró toda su intervención en ese éxito en el que tiene más merito el Banco Central Europeo que su Gobierno. Los pilares de su discurso se resumen en tres frases: "España avanza bien y dentro de poco habrá crecimiento económico y empleo", el PP "está realizando la mejor política de empleo posible" a pesar de los 6.202.700 parados y "este Gobierno no ha variado ni variará su rumbo".
Quedó en definitiva la imagen de un presidente anclado a la consolidación fiscal y sin necesidad por ello de mostrar ningún tipo de iniciativa política. Y por ello se vio forzado a atizarle al cadáver político de José Luis Rodríguez Zapatero. Así, aseguró Rajoy que gracias a sus reformas "ya nadie pregunta cuando va a ser rescatada España" y recordó que hace un año la intervención parecía inevitable.
la herencia de zapatero El manido fantasma de la herencia recibida del anterior Ejecutivo fue el argumento con el que rechazó el Pacto de Estado que le ofrece el PSOE, al que considera "sin autoridad moral" para plantearle propuestas. "Mi política no es ni la de Rajoy ni la de Zapatero", replicó Alfredo Pérez Rubalcaba tras constatar que su alianza ante la crisis no tiene recorrido. Y eso a pesar de que tanto Josep Duran Lleida (CiU) y el jeltzale Aitor Esteban pidieron a populares y socialistas que aparquen sus diferencias y hagan causa común contra la crisis.
No hay margen para el acuerdo porque el Gobierno del PP rechaza cualquier pacto que vaya más allá de las políticas de ajuste y para ese viaje no necesita el apoyo de nadie. La corrección política le obligaba a presentar en cualquier caso una alianza alternativa, si bien achicó los contenidos para cerrarle el paso.
Así se mostró dispuesto a llegar a acuerdos en las pensiones -cuya reforma ya está lanzada en el Pacto de Toledo-, la reducción del entramado público o la Ley de Unidad de Mercado, una norma que también está en marcha. El ofrecimiento también se extendió a una cuestión tan vaga como es la lucha contra la corrupción política.
Rajoy volvió a esconder sus cartas en relación al nuevo reparto del déficit. Insistió en que no tomará una decisión hasta que Bruselas dé el visto bueno, aunque añadió que es más importante que el Estado tenga margen de endeudamiento para pagar pensiones y prestaciones del paro que lo tengan las comunidades para atender servicios como educación o sanidad.
"El PSOE no tiene excesiva autoridad moral para decir que ahora quiere un acuerdo"
mariano rajoy
Presidente del Gobierno
"Planteo el pacto porque los pactos dan confianza al país, a los ciudadanos y en el exterior"
alfredo pérez rubalcaba
Secretario general del PSOE
"Le llamo al complot,
si hace falta póngase con un tienda de campaña en Bruselas"
aitor esteban
Portavoz del PNV