BRUSELAS. La batalla por reducir el déficit público y contener la escalada de la deuda sigue lejos de estar encarrilada. El desajuste presupuestario español alcanzó en 2012 el 10,6% del PIB mientras que la deuda pública se disparó hasta el 84,2% en lo que supone una constatación más de que el gobierno español de Mariano Rajoy, pese a sus maniobras, sigue sin conseguir cuadrar unas cuentas públicas que requerirán de nuevos ajustes y reformas. El dato de déficit, validado ayer por la oficina europea de estadística, cifra en 3,6 puntos porcentuales el coste de la factura del rescate a la banca.

"Eurostat no ha tenido ningún problema para validar las cifras españolas. Es solo una diferencia de presentación," insistió ayer la portavoz comunitaria Emer Traynor sobre la insistencia de España a situar el déficit en el 7%. "La cifra que Eurostat ha puesto como cifra principal, que es el 10,6%, es la cifra de déficit para España incluyendo el impacto de las recapitalizaciones bancarias", zanjó. El único socio con números rojos similares es Grecia, que registró el año pasado un desvío del 10%, por encima del registrado por otros países rescatados como Irlanda (7,6%), Portugal (6,4%) y Chipre (6,3%).

En el caso español, excluido el multimillonario paquete de ayudas de casi 38.000 millones, el agujero fiscal fue, según cómo se miren las cuentas, del 7,1% si se excluyen los impactos positivos y negativos del rescate, o del 7% si se limitan a las inyecciones directas de capital. En todo caso, por encima del último dato corregido a Hacienda española. Y es que, Eurostat ya obligó en marzo pasado al gobierno a elevar el déficit del 6,74% avanzado un mes antes hasta el 6,98% porque, según la oficina europea, la cifra remitida a Bruselas escondía un maquillaje contable al retrasar a enero de 2013 devoluciones fiscales que deberían haberse contabilizado en el ejercicio de 2012.

Más allá del déficit, si hay un dato que preocupa en Bruselas ese es el de la deuda pública. Aunque el nivel se sitúa por debajo del umbral del 90% y de la media europea (85,3%), España es el país donde más rápido está aumentando. Entre el tercer y cuarto trimestre del año pasado lo hizo un 6,8% hasta situarse en el 84,2%, lo que significa que el gobierno español ha pasado de deber 565.000 millones de euros en el año 2009 a 883.000 millones en 2012. La radiografía publicada ayer confirma además que las autoridades españolas gastaron el año pasado 111.641 millones de euros más de lo que ingresaron, un 29% menos.

En total, 21 países registraron un empeoramiento y solo seis mejoraron sus niveles de deuda respecto a 2011. "Desgraciadamente es la tendencia. Por eso insistimos en la necesidad de reducirla, no por ideología o porque nos lo diga una tabla de excel, sino porque si la deuda aumenta son impuestos para los contribuyentes y las empresas y menos dinero al crecimiento. Es el principal problema de Europa hoy en día", advirtió el portavoz comunitario, Olivier Bailly. Otro dato con sabor amargo es el de los ingresos. Pese a las subidas generalizadas de impuestos del año pasado o la eliminación de deducciones, como la de la vivienda, el gobierno apenas consiguió recaudar un 36,4% del PIB en 2012, tan solo siete décimas más que un año antes y diez puntos menos que la media de sus socios de la Eurozona. Solo Irlanda ingresó todavía menos que España, un 34,6%.

Los datos de cierre del ejercicio de 2012 serán los que nutrirán ahora el análisis país por país que presentará la Comisión Europea el próximo 29 de mayo. Una evaluación que tendrá también en cuenta las previsiones de crecimiento de primavera del próximo 3 de mayo, así como el plan nacional de reformas que presentará este viernes Rajoy y que deberá remitir posteriormente a Bruselas. En función de todos estos elementos la Comisión decidirá si concede más tiempo o no, a España, que en principio debe cerrar 2013 con un déficit máximo del 4,5% PIB, para reducir los desajustes presupuestarios. Una negociación que siguen muy de cerca todas las comunidades autónomas, que aspiran a ver relajados también sus objetivos si Bruselas concede más tiempo a España.

Más dinero para CCAA Ayer técnicos de todas ellas expusieron en un grupo de trabajo del consejo de política fiscal y financiera sus propuestas sobre cómo deberá hacerse el reparto del déficit. A la cita no asistió ningún representante del Gobierno vasco que quiere negociar en el marco de la reunión bilateral del Concierto Económico. En un foro organizado ayer por varios thinks tanks el presidente del Ejecutivo, José Manuel Durao Barroso, recordó que la Comisión Europa ya ha relajado los objetivos de algunos países y que "probablemente hará más de lo mismo con otros". El gobierno español confía en que obtendrá dos años adicionales.

Ayer el president de la Generalitat catalana, Artur Mas, advirtió de viaje oficial en Bruselas que si hay flexibilidad también deberá traducirse a las autonomías. En el caso de Cataluña aspira a elevar el objetivo del 0,7% al 2%. "Si a España se le autoriza un déficit del 6% del PIB, a las autonomías debería corresponderles un 2% porque este tercio es nuestro peso en el gasto público español, incluidas las pensiones", advirtió.