vitoria. Lejos de calmarse las aguas tras un mes y medio de tensas negociaciones, el acuerdo que la semana pasada alcanzaron en Michelin la mayoría del comité y la Dirección del gigante francés ha provocado el efecto contrario: más tensión interna entre las propias centrales que conforman el comité de empresa de Vitoria, a estas alturas radicalmente divido en dos grupos. Por un lado, los firmantes del acuerdo -CCOO, UGT y CSI-F- y por otro, los más críticos con el mismo y con las medidas impuestas por la empresa, que según su criterio, condenan a los trabajadores a la "precariedad laboral más absoluta". Forman este grupo ELA, LAB, ESK y CGT, agrupados desde el comienzo de las negociaciones en una plataforma sindical que ha tratado sin éxito de paralizar el nuevo marco de relaciones laborales firmado el pasado 10 de abril y aunar esfuerzos sindicales para enfrentarse "unidos" a los intereses de la empresa.
Sin la fuerza de los votos, esta plataforma inició a mediados del mes de marzo una serie de movilizaciones destinadas a informar a la plantilla sobre la "otra versión" de las negociaciones que entendía se le estaba privando e iniciar una recogida de firmas que obligase a la mayoría del comité a explicar públicamente a todos los trabajadores el contenido de las conversaciones con la empresa. Según el artículo 77 (capítulo 2) del Estatuto de los Trabajadores, de conseguir un apoyo del 33% de los trabajadores, el comité estaría obligado a llevar a cabo una Asamblea Participativa. Sin embargo a partir de ahí se sucedieron los problemas. Para cuando la plataforma crítica logró reunir dicha cantidad -según su versión logró 1.058 apoyos-, el acuerdo ya había sido firmado en Lasarte y la intención de los firmantes no pasaba por explicar los detalles del acuerdo, "dado que para eso ya existen las asambleas de afiliados, que al final son los que deciden", habrían justificado ante representasntes de ELA, LAB, ESK y CGT.
En este contexto, y como quiera que no existe sanción alguna por incumplir esta obligación -acaso algún apercibimiento legal si el asunto llega al Juzgado-, estas cuatro centrales celebraron ayer en el centro cívico de Aldabe dos asambleas donde se anunciaron medidas de presión para demostrar la "repulsa" de parte de la plantilla al acuerdo firmado y "presionar" a las centrales firmantes incluso con un escrache sindical en sus respectivas sedes, una medida que a última hora quedó aparcada a la espera de nuevos acontecimientos. "Queremos desarrollar una lucha sindical intensa para explicar lo que ha ocurrido y lo que está pasando. No debemos olvidar que dentro de año y medio expira nuestro convenio y no podemos volver a ser traicionados por CCOO y UGT para lograr otro tan malo como el químico", advirtió ayer un portavoz de LAB.
Huelga en Galycas Por otro lado, ayer se cumplió el tercer día de huelga en la firma alavesa Industrias Galycas a cuenta de la negociación del nuevo convenio. Esta empresa, ubicada en el polígono de Gamarra, se dedica a fabricar perfiles de alambre de acero y da empleo a 55 trabajadores. También en Rivercap, la firma de Laguardia que crea y produce productos específicos de packaging para vinos y licores, se anuncian movilizaciones inminentes como consecuencia del despido del presidente del comité de empresa por parte de la Dirección vitivinícola.