EL Gobierno Vasco presentará la próxima semana un plan de estímulo del mercado laboral dotado de más de 250 millones de euros con el paro a un paso de romper su récord en la CAV. Según los últimos datos de Lanbide sobre el recuento de desempleados de febrero, hay más de 178.000 personas sin trabajo inscritas en sus listas. El nivel máximo se alcanzó en enero de 1988 con 188.300 parados registrados, durante la crisis que desmanteló gran parte del tejido industrial vasco. En Nafarroa el máximo histórico ya se alcanzó el pasado mes de febrero con 56.524 parados registrados en las oficinas de empleo de la comunidad foral.

Los problemas son similares en las dos comunidades de Hegoalde. Están mejor que el resto del Estado, pero también se mueven en unos niveles de paro nunca conocidos. En cualquier caso, la referencia más válida para comparar las diferencias entre territorios es la tasa de paro, asociada a la Encuesta trimestral de Población Activa (EPA).

Según los datos del último trimestre de 2012, Nafarroa tiene hoy una tasa de paro del 17,15%, mientras que la Comunidad Autónoma Vasca roza el 16%. Están muy lejos de la media del Estado (26%) y sobre todo de las comunidades con mayor paro: Andalucía (35,9%) y Extremadura (34,1%), más o menos el doble de lo que sería una tasa de paro conjunta de Hegoalde. Sin embargo, en un lustro han pasado de tocar con los dedos el pleno empleo -la zona de paro técnico- a tener un desempleo equivalente a casi la quinta parte de sus ciudadanos en disposición de trabajar.

La tasa también es el termómetro que mide la dispar evolución entre municipios y comarcas, y un vistazo a la EPA del último trimestre del año pasado fija con nitidez la fotografía de los estragos provocados por la crisis a su paso por el mapa de Euskadi. Las turbulencias financieras empezaron a finales de 2007 y la referencia del último trimestre de 2012 cierra el ciclo de cinco años en recesión. El crecimiento del paro, medido en términos EPA, arroja un resultado muy gráfico. En diciembre de 2007 había 96.157 personas sin empleo en Hegoalde, el pasado diciembre la cifra ascendía a 221.027 personas, más del doble. La crudeza de la crisis ha enterrado una de las características históricas del mercado laboral vasco.

El paro femenino era más alto que el masculino, casi era el doble antes de la crisis -39.878 frente a casi 56.279-. Hoy se produce un empate técnico con 110.000 parados en ambos casos y con una ligera ventaja para los hombres con 700 desempleados más.

Por sectores, el paro se ha triplicado en la construcción. Aunque la exposición al ladrillo de Euskadi es menor que en el resto del Estado, el frenazo también ha sido brutal. El motor de la economía vasca, la industria, ha duplicado su nivel de paro, al igual que los servicios, donde se ha ido todavía un poco más allá.

las cuatro capitales En cuanto a la distribución geográfica del paro, las cuatro capitales han resistido mejor en líneas generales los embates de la crisis. El INE no elabora datos concretos por municipios, el dato a seguir es el comarcal. Así, las áreas de influencia de Donostia y de Iruñea, con un 11,85% y un 12,30% de tasa, respectivamente, son las que tienen un nivel más bajo. Bilbao ve su evolución menos negativa lastrada por el azote que ha sufrido el empleo en Basauri, Galdakao o Etxebarri, localidades donde el cierre de empresas se ha notado significativamente. Algo similar le ocurre a Gasteiz, de modo que tanto la capital vizcaina (casi 18%) como la alavesa (16,24%) se mueven en parámetros más elevados. El peso del sector servicios en las capitales ha contribuido a rebajar el ritmo del avance de la destrucción de empleo en relación con otros lugares. También ha sido posible en menor medida gracias a que la industria establecida en las grandes ciudades está orientada por lo general hacia productos con más alto nivel tecnológico, el segmento productivo que mejor aguantó los primeros efectos de la crisis.

Ocurre también todo lo contrario. Las comarcas con mayor actividad agroganadera son las que menor tasa de paro registran. El registro más bajo de todo Hegoalde se registra en la cuadrilla alavesa de Gorbeialdea, con algo más de un 8%.

En la Navarra Media, cuya capital es Tafalla, se ha producido un efecto llamativo. Gran parte de su economía está orientada al sector primario, pero también tiene un tejido industrial destacado, orientado al ámbito agroalimentario, la metalurgia, las energías renovables y la construcción. Esa combinación se ha encontrado de frente con el parón del consumo y su tasa de paro se situó a finales del año pasado en el 20%. Ese nivel está incluso ligeramente por encima de la zona que tradicionalmente se sitúa a la cabeza del paro en Euskadi, Ezkerraldea, siempre al borde del desastre desde la crisis de los 80 y la reconversión industrial.

El mapa de paro que ha dejado el vendaval de la crisis también refleja la fortaleza del cooperativismo, que es el alma del primer grupo industrial de Euskal Herria, la Corporación Mondragón. La comarca de Debagoiena (Alto Deba) tiene según la última EPA una tasa de paro del 11,34%. El potencial económico de Arrasate y su área de influencia es sólido.