Vitoria. La transcripción del Pleno monográfico sobre empleo de ayer refleja que los parlamentarios se refirieron en 54 ocasiones a Lanbide. Ninguna de ellas en boca de Patxi López. El silencio del exlehendakari sobre el Servicio Público de Empleo que puso en marcha su Gobierno fue llamativo en medio de las críticas que recibió por su falta de respuesta ante el incesante incremento del paro.
Lanbide, y concretamente su mal funcionamiento, centró gran parte del debate. El principal argumento en contra fue el colapso que ha supuesto para las oficinas de empleo la integración de la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos. El consejero vasco de Empleo situó como un aspecto prioritario desvincular la RGI del servicio y anunció que ya se trabaja en esa dirección. El objetivo es centrar Lanbide en actuaciones que aumenten la empleabilidad de los parados a través de la formación y orientación profesional. También ayudar con esos mismos instrumentos a mantener su puesto de trabajo a las personas que lo tienen.
Eso no será posible sin eliminar de la ecuación la RGI, que ocupa un tiempo valioso de los funcionarios. En ese camino, el Ejecutivo se encontró con el PP. Jeltzales y populares pactaron una resolución en la que se insta al Gobierno autonómico a desarrollar Lanbide hacia ámbitos prioritarios y a centrarse en la intermediación y en la empleabilidad de las personas, trabajando con el tejido empresarial en la detección de necesidades. En otras palabras, se pide que se ponga fin a la distorsión que supone la Renta de Garantía.
Aun siendo su socio durante la pasada legislatura, fue precisamente el PP el que abrió fuego en relación a Lanbide. Su portavoz parlamentaria, Arantza Quiroga, censuró al anterior Gobierno socialista por su "fracaso" en las políticas de empleo. También le recordó a López que otros ejecutivos no han contado con ese instrumento y llamó la atención sobre el hecho de que el exlehendakari no había mencionado el servicio vasco de empleo en su primera intervención. López había centrado su discurso en atacar al Mariano Rajoy por los recortes vinculados a la política de austeridad y por la reforma laboral, entre otras cuestiones. Quiroga contratacó con Lanbide, cuya mala gestión es a su juicio una cuestión que "necesitaría un pleno monográfico aparte". En su segunda intervención, el líder de los socialistas vascos no cogió el guante y se fue de la tribuna otras vez sin mencionar la agencia pública.
Tampoco respondió López a las críticas de Belen Arrondo (Bildu) por el "bloqueo" de Lanbide, ni a las de Amaia Arregi (PNV), que le acusó de haber "desbordado" el servicio con la tramitación de la RGI. El exlehendakari no intervino por la tarde y fue el parlamentario Vicente Reyes el encargado de defender las posiciones socialistas. Tampoco se refirió en ningún momento a Lanbide reforzando el silencio de su líder.
En relación al actual Ejecutivo, los grupos de la oposición dedicaron gran parte de su tiempo a criticar la "inacción" del Gabinete de Iñigo Urkullu. El grupo posiblemente más beligerante fue el de EH-Bildu. La parlamentaria Belén Arrondo defendió la reducción de la jornada laboral para "repartir" el empleo y facilitar la conciliación laboral de los trabajadores, por lo que censuró que el Gobierno Vasco haya aumentado por decreto la jornada de los funcionarios, ya que ello "generará más paro".