BILBAO. El consejo de administración de Bankia presidido por Rodrigo Rato se planteó emprender nuevas fusiones con Banca Cívica (Caja Navarra), Liberbank o Unicaja poco antes de que el grupo bancario resultante de la integración, entre otras, de Caja Madrid y Bancaja, fuera nacionalizado y aprobó encargar un informe de asesoramiento al banco de inversiones Lazard al respecto por un valor de más de 10 millones de euros. Así lo afirmó el presidente en España de Lazard, el empresario vasco Jaime Castellanos, durante su declaración como testigo en la Audiencia Nacional, en la que reveló que Bankia pagó cuatro millones de euros al banco de inversión por sus labores de asesoramiento en el SIP ('fusión fría') y en la salida a bolsa, según han informado fuentes jurídicas. De esa cifra, 2,5 millones se derivaron del trabajo desempeñado por Lazard en la búsqueda de inversores y mejores colocadores de las acciones de Bankia y el resto por un informe sobre la integración de las cajas en BFA.
Pérdidas de 20.000 millones CatalunyaBanc y NCG Banco, dos de las cuatro entidades españolas nacionalizadas, cerrarán el ejercicio de 2012 con unas pérdidas de hasta 20.000 millones de euros, según los planes de reestructuración publicados por la Comisión Europea. La oficina del comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, hizo pública la versión no confidencial de los planes de reestructuración de estas dos entidades, aprobados el pasado 28 de noviembre por Bruselas, pero aún no ha divulgado los informes de los otros dos bancos nacionalizados, Bankia y Banco de Valencia.
Según ese documento, CatalunyaBanc registrará unas pérdidas antes de impuestos de entre 11.000 y 12.000 millones de euros en 2012 pero reducirá esas cifras rojas en 2013 hasta situarlas entre 100 y 200 millones de euros, monto que seguirá en este entorno en 2014 hasta volver a terreno positivo en 2015 con un beneficio bruto de entre 200 y 300 millones de euros.
En 2016 mantendrá el mismo beneficio, de acuerdo con las estimaciones de la CE.
En el caso de NCG Banco el plan de reestructuración y recapitalización de la Comisión Europea (CE) contempla unas pérdidas antes de impuestos de entre 7.000 y 8.000 millones de euros en el pasado ejercicio fiscal, para remontar en 2013 con unos beneficios de entre 10 y 20 millones.