Vitoria. La dirección del Grupo Kider, dedicado a la fabricación y comercialización de mobiliario comercial e industrial, presentó ayer a la representación legal de los trabajadores un ERE de extinción para 147 personas como consecuencia del “desplome” continuado de los pedidos desde 2009, que ha lastrado la cifra de negocio del grupo en este tiempo un 45%, aseguró la compañía a través de una nota. Los responsables de Kider, que cuenta con fábricas en Amurrio, Murga, Barakaldo, Peralta y Pune (Indiaa), consideran ya “imposible” la viabilidad del grupo con la estructura actual, por lo que apelan a la responsabilidad de todos los agentes implicados en la negociación para alcanzar un acuerdo y “salvaguardar 250 puestos de trabajo” como mínimo. No caminar por esta senda, añaden, significaría convertir en “inútiles” los esfuerzos desplegados en los últimos meses, así como la destrucción de 400 puestos de trabajo y otros 429 puestos indirectos.
Los problemas en Kider no son nuevos. La reiterada caída de las ventas ha obligado a la empresa en los últimos años ha aplicar varios expedientes de suspensión, planes sociales y mejoras de margen bruto para tratar de enderezar la situación, aunque sin éxito. El mercado nacional nunca ha terminado de repuntar y la situación resulta a estas alturas ya insostenible. A juicio de la empresa, “es materialmente imposible evitar la reducción de puestos de trabajo si se quiere eludir el concurso de acreedores”. A pesar de todo, la compañía entiende que es posible aún enderezar el rumbo y devolverle a números viables hasta el punto de comprometerse a realizar una “sustancial” aportación de capital para que sea posible. También existe el compromiso de continuar aumentando las carteras de clientes y pedidos, además de seguir negociando “duramente” con los bancos las mejores condiciones posibles para aliviar las fuertes cargas financieras que soporta y alcanzar una estabilidad económica a medio plazo.
Éxito en la meca La traumática noticia de los 147 despidos se produce semanas después de que este mismo grupo luciera marca al adjudicarse un contrato extraordinario en Oriente Medio para equipar el centro comercial del edificio más grande del mundo, el Abraj Al-Bait, situado frente a la Kaaba, en la Meca (Arabia Saudí). Un proyecto colosal de 2.000 millones de dólares que ocupará una superficie de 1,5 millones de metros cuadrados.
Su incursión en esta incipiente zona geográfica no es nueva. Desde 2011, Kider ha equipado tiendas en Jordania, Dubai, Egipto, Qatar, Kuwait y Casablanca como consecuencia de la estrategia asumida precisamente para hacer frente a la clara recesión del mercado nacional y que apuesta por buscar nuevos mercados y clientes en áreas de Latinoamérica, África, Europa del Este o Asia. Actualmente, Kider centra su actividad en el sector de la alimentación, que supone el 70-75% de su volumen de negocio. Es además proveedor de pequeñas, medias y grandes superficies de distribución alimentaria, siendo un cliente de referencia de los grandes grupos de distribución que trabajan en España y Francia, como Carrefour, Leclerc, Alcampo Eroski o Caprabo. Sus productos incluyen estanterías, mostradores, vitrinas, muebles caja, carros de autoservicio, cestas superponibles o contenedores.
Sus orígenes se remontan a 1957 cuando una familia de empresarios fundó en el barrio de Burceña de Barakaldo la empresa Mebunik, originalmente un taller dedicado a la producción de elementos de varilla para los carros de supermercado.