Vitoria. La decisión de Mariano Rajoy de no revalorizar las pensiones con el IPC hace otro agujero en el bolsillo de uno de los colectivos que mayor poder adquisitivo ha perdido en los últimos años. Aunque los jubilados de la CAV cuentan con las pensiones más altas del Estado, el golpe resulta igual de grave ya que los precios, en general, también son más elevados. Además, la mayor cuantía de las prestaciones vascas implica que la pérdida de dinero que genera el último tijeretazo del PP también es mayor. El jubilado con la pensión media, 1.031 euros, deja de ganar en 2013 un total 543 euros, si se contabiliza el efecto que hubiese tenido la revalorización en la nómina del próximo año. La pérdida para una mensualidad de 700, que en 2013 se actualizará un 2%, es de 375 euros.
Son cifras contundentes y más si se tiene en cuenta que el medio millón de jubilados vascos arrastra la congelación aplicada en su retribución por Ejecutivo español de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011. Aquella decisión emborronó el perfil de izquierdas del presidente socialista y causó un hondo boquete en el bolsillo de los jubilados, que vieron crecer los precios en 2011 casi un 3%. Rajoy alcanzó la Moncloa gracias a muchas promesas pero por encima de todas destacó una consigna: no tocar las pensiones como hizo su antecesor.
Una a una han ido cayendo todas hasta que el viernes lo hizo la última. El anuncio de la ministra Fátima Báñez de que no se actualizarán las pensiones hasta el IPC del año -el 2,9%-, aunque esperado, sentó como un jarro de agua fría a las organizaciones que representan a este colectivo en el País vasco. La Plataforma de Pensionistas de Euskal Herria denunciaba antes de darse a conocer la decisión que entre 2011 y 2012 la pérdida de poder adquisitivo ha sido del 5%, a lo que hay que sumar el agravante de que muchos productos básicos, como el butano, el gas o la electricidad, son los que más se han encarecido en el último periodo, más que la media que determina el IPC.
19,6 euros al mes En este contexto, la pérdida de poder adquisitivo que acarrea la última decisión del Gobierno popular se puede cuantificar en un 1,9%, que es la diferencia entre lo que subieron las pensiones en enero -un 1%- y lo que lo han hecho los precios a lo largo del año, desfase que el PP se comprometió a cubrir. Para la pensión media de la CAV esto supone perder 19,6 euros al mes. Multiplicada esta cantidad por catorce pagas, la no revalorización ha supuesto una pérdida de 274 euros. Esta es la suma que, de haber cumplido Rajoy su promesa, hubiera percibido el pensionista medio del País Vasco durante el primer trimestre del próximo año, al margen de la subida oficial de enero.
Al no haber compensación de precios, dicha subida de enero se aplicará sobre la misma pensión de 2012, es decir, en este caso un 1% sobre 1.031. Con la actualización, ese alza se hubiera hecho sobre una cantidad mayor, 1.050,5 euros, por lo que mes a mes el sueldo de los jubilados también se ve afectado. En concreto, 19,2 euros, que de nuevo multiplicado por 14 pagas resultan 269. La penalización total en la pensión media es la suma entre esta cifra y los 274 euros correspondiente a la actualización propiamente dicha, es decir 543 euros. Más de media mensualidad.
Por debajo de la pensión media, la pérdida disminuye pero también es cierto que la necesidad económica es mayor. Si se cobran 900 euros al mes, en principio se dejan de ganar 239 euros. Además, la subida de enero -en este caso del 2%, al estar la pensión por debajo de 1.000- se aplica sobre esos mismos 900 euros en lugar de sobre 917, lo que da lugar a una pérdida a lo largo del año de 238 euros. Sumados a 239, el total son 477 euros menos. En la cuerda floja de los 700 euros mensuales, en el que cualquier pequeño imprevisto puede suponer caer al vacío, la pérdida total en 2013 es de 375, resultado de sumar las cantidades de 186 y 189 euros. Otra derivada del ajuste es que la hipotética subida de 2014 -si la hay- se aplicaría de nuevo sobre bases más bajas y así año tras año. Y todo apunta a que la última palabra en materia de pensiones no está dicha. La Unión Europea ha puesto el foco en esta partida ante el continuo ahogo de los ingresos de la Seguridad Social por el aumento del paro, y bien podría volver a presionar a España para congelar la nómina de los jubilados en 2014. De momento, el PP ultima una reforma para hacer que las jubilaciones anticipadas y parciales sean una excepción a fin de aligerar de cargas al sistema.