vitoria. Hubo un tiempo, y no muy lejano, donde la todopoderosa Madre Europa era capaz de sostener por sí sola prácticamente a toda la economía alavesa y vasca. El tirón de potencias tractoras como Alemania o Francia aseguraba cada año en Euskadi ingresos equivalentes a un tercio de su PIB anual, esto es, aproximadamente unos 30.000 millones de euros, mientras que en el caso alavés, proporcionalmente, esta cifra era incluso mayor. 2011 fue un buen ejemplo. A pesar de arrastrar ya tres años de crisis, la baza exportadora de estos países lograba amortiguar el desplome empresarial, que en la provincia alavesa crecía en términos interanuales un 25% y sumaba una cifra de ventas récord, 5.555 millones de euros.
Pero ese tiempo se acabó. Esa suerte de maná francogermano ya no responde como antes y la contracción de sus respectivas economías invita a la reflexión: el cambio de rumbo parece inevitable. De unos meses a esta parte las empresas vascas parecen haber asumido este nuevo desafío, que exige muchísima más implicación en términos logísticos, económicos y culturales. Sólo así se explica el repunte exportador durante el tercer trimestre de este año en países ajenos a la UE de los 27 como Estados Unidos, donde las ventas crecieron un 24%, México (40%) o Venezuela (48%). Por contra, las exportaciones con destino a la Unión Europea cayeron casi un 19%, resultando especialmente preocupantes para Euskadi los casos de Francia (-9,4%), Alemania (-16%), Italia (-34%) y Bélgica (-47%).
Álava, la peor parada En resumen, el comportamiento vasco durante los meses de julio, agosto y septiembre fue malo. Casi diez puntos peor que el trimestre anterior, y un 2,6% inferior en tasa internual. Sin embargo, debido a un resultado no tan negativo de las importaciones (cayeron un 3,9%), el saldo comercial fue positivo, alacanzádose los casi 800 millones de euros.
Por territorios, el peor comportamiento exportador lo protagonizó Álava. Según los datos publicados ayer por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat), el desplome fue del 21,7% (cabe recordar que un año antes lograba incrementos del 25%), especialmente en los sectores arancelarios de mayor peso como el del material del transporte, que a estas alturas del año cae un 37%, el de metales y sus manufacturas (-4,2%) o el de los plásticos y el caucho (-56%). El peso de Mercedes, que en los últimos meses ha tenido que revisar a la baja las cifras de su producción debido a la caída constante de la demanda, explicaría este desigual comportamiento respecto a las vecinas Bizkaia y Gipuzkoa, cuyas ventas al exterior también decrecieron un 4% y un 6%, respectivamente.
Recetas "¿Y ahora qué?", se preguntan empresas e instituciones profesionales. "¿Cuál es el camino a seguir?". Todo apunta, según confirmaron ayer en Vitoria varios expertos durante la tradicional entrega de los Premios a la Internacionalización que organiza la Cámara de Comercio de Álava, a que la globalización, de manera irrefutable, obligará a las empresas a cambiar de mentalidad y virar el rumbo más allá de la Europa tradicional si pretenden ser competitivos. Además de seguir apostando por la 3i como salvoconducto para sobrevivir, incidió el consejero en funciones de Industria, Bernabé Unda. "Para entenderse con el mundo hay que salir fuera", conminó a los presentes. En parecidos términos se manifestó Gregorio Rojo, presidente de la Cámara, para quien la continuidad de muchas compañías va a depender de su capacidad para lograr ventas en nuevos mercados internacionales. En esta línea, tal vez como ejemplo a seguir, la entidad reconoció ayer la vocación exportadora de compañías como Aurrenak-Loramendi, Omega Elevator, Bodegas Eguren Ugarte, Mercedes Benz y Fitnessbit.